El repartidor llevó al bebé a entregar comida y lo perdió. Después de encontrarlo, se agachó y lo abrazó. ¿Cómo te sientes?
El repartidor tiene un trabajo duro. No sólo tienen que trabajar, llueva o haga sol, algunos incluso traen a sus hijos con ellos. De hecho, es muy inútil que un repartidor lleve a un niño a entregar comida. Tal vez no tienen un bebé en casa, o tal vez tienen otras dificultades, por lo que salen temprano y regresan tarde todos los días, incluso llevándose a sus hijos cuando van a trabajar. No es fácil para un repartidor llevar un bebé al trabajo.
De hecho, como muchos colegas, para entregar los productos a tiempo, sin importar si hace viento o llueve, debemos aprovechar el tiempo y entregar los productos a tiempo. Al repartir comidas, los adultos suelen poner a sus hijos en el coche y se preocupan por su seguridad. Como el parto no podía retrasarse, el padre estaba muy ansioso y le pidió al niño que lo siguiera de cerca. Sin embargo, cuando el niño vio un lugar para jugar cerca, se detuvo y no pudo encontrar a su padre.
Después de que el padre descubrió que su hijo había desaparecido, siguió llamándolo por su nombre y comenzó a buscar a su alrededor, pero no pudo encontrarlo. Más tarde, una amable señora se hizo cargo del dictado de su hijo y se lo trajo. Cuando el padre vio a su hijo, inmediatamente corrió a abrazarlo y a llorar, pero no estaba dispuesto a golpearlo. Se llenó de culpa y se sintió muy triste cuando vio que las suelas de los zapatos de su padre estaban gastadas y aún estaban desgastadas. A menudo decimos que nuestra vida es muy dura y estresante y que realmente ya no podemos vivirla más.
Será mejor que te deshagas de él. Pero mire quién en esta sociedad lo está pasando mal. Un repartidor en Nanjing está entregando comida con su bebé de cinco meses. Trabaja muy duro y tiene que cuidar al bebé que tiene en brazos en su tiempo libre. Cualquiera que vea esta escena se sentirá angustiado. Pero esta es la vida de todos. Sólo podemos encontrar maneras de cambiar nuestras vidas. La vida está en nuestras manos y la esperanza está detrás de nosotros. Aunque haya miles de cargas, siempre debemos trabajar duro para afrontarlas.