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¿Cómo encontrar oro entre las malas hierbas?

Los bosquimanos son un grupo minoritario en Sudáfrica que vive una vida cerrada. Son maestros de la caza y pueden determinar qué tipo de animal es, su sexo, edad, si está herido, si está en celo, etc. observando las marcas que deja el animal en el suelo. Con presas menguantes y ya no capaces de sobrevivir cazando, los bosquimanos eran como huérfanos abandonados por Dios. Casi todos son analfabetos y no tienen trabajo, por lo que sólo pueden ganar dinero vendiendo huevos de avestruz. Muchas niñas todavía viven con sus padres después de dar a luz porque sus hombres no pueden permitirse el lujo de mantenerlas.

Cuando un joven llamado Harry visitó una institución de investigación científica en Sudáfrica, después de ver la vida empobrecida de los bosquimanos, estaba decidido a salvar a las personas más pobres del mundo.

Después de vivir con los bosquimanos durante algún tiempo, Harry descubrió que aunque no tenían comida, nadie moría de hambre, porque cuando los pobres bosquimanos se veían obligados a hacerlo, iban a comer una mala hierba que crece en el desierto.

Esta hierba es una planta de cactus suculenta de sabor agridulce. Los bosquimanos la llaman Audiat. En el vasto desierto rojo, grupos de automóviles Audi crecen por todas partes. El bosquimano sintió hambre mientras caminaba por el desierto, así que tomó un puñado de Odiat y lo masticó en su boca, llenando su estómago vacío.

Fue esta hierba bosquimana la que llamó la atención de Harry. En su opinión, la hierba que sustentaba a los bosquimanos no era una hierba cualquiera. Harry recogió algunas hojas y las llevó de regreso a Ciudad del Cabo. A través de investigaciones, se descubrió que la hierba, llamada Audiat, contiene una molécula mágica contra el hambre que es el ingrediente ideal para un fármaco para bajar de peso que los científicos han estado buscando durante décadas.

Cuando Harry anunció el descubrimiento, varias compañías farmacéuticas británicas y estadounidenses vinieron a Sudáfrica y firmaron contratos con bosquimanos para comprar la hierba.

Las malas hierbas de las que dependían los bosquimanos para sobrevivir a la hambruna se han convertido en un bien codiciado y más caro que el oro, lo que les permite ganar alrededor de 6,4 millones de euros al año. Lo que los bosquimanos no esperaban era que una hierba aparentemente ordinaria cambiara su destino en el lugar donde vivían sus antepasados.