¿Cómo tratar a un niño que nace con paladar hendido?
Los labios leporinos se pueden reparar y corregir mediante cirugía con buenos resultados. Generalmente no hay secuelas graves, pero la cirugía debe ser realizada por un pediatra y cirujano plástico con experiencia. Algunos padres de niños con labio y paladar hendido son indiferentes a sus hijos, lo que retrasa el mejor período de tratamiento para los niños con labio y paladar hendido, porque cuanto antes reciban la cirugía correctiva, mejor será el efecto de recuperación.
Los bebés con labio hendido simple pueden ir al hospital para que les reparen el labio hendido cuando tienen entre 3 y 4 meses de edad. Los países extranjeros creen que el mejor efecto terapéutico se produce cuando el niño tiene 10 semanas, pesa 10 libras y tiene una hemoglobina de 10 gramos.
Si al mismo tiempo existe paladar hendido, se debe realizar alguna cirugía reparadora para poder ayudar al bebé a alimentarse y pronunciar correctamente en el futuro. Ya sea labio hendido o paladar hendido, debido a las diferentes formas y grados, el momento de la cirugía debe determinarse según su propia situación.
Si solo está hendido el labio externo, la cirugía solo necesita suturar la hendidura; si el labio hendido afecta el paladar superior, se debe reparar el paladar hendido. Las fisuras labiales generalmente no dejan rastros evidentes una vez cerradas, pero generalmente ya no afectan la alimentación. Los médicos recomiendan que la reparación del labio hendido se realice mejor entre el medio año y el año y medio, lo que ayudará a la recuperación del habla del niño en el futuro.
Si ignoras los labios de tu conejo, puede producirse inflamación fácilmente. Debido a que no hay suficiente presión en la boca de los bebés con labio y paladar hendido, la leche o el agua pueden ahogarse fácilmente en la tráquea o fluir hacia los oídos cuando se alimentan o beben. Cuando la leche ingresa accidentalmente a los pulmones, puede causar inflamación y convertirse en neumonía. La leche materna que fluye a través de la garganta hacia los oídos puede causar fácilmente otitis media, con pus o un líquido extraño que sale de los oídos. Por lo tanto, los padres que alimentan a bebés con labio y paladar hendido lo pasan muy mal y deben tener especial cuidado a la hora de alimentarlos.