La incidencia del cáncer de cuello uterino está aumentando. ¿Es necesario que las mujeres reciban la vacuna nonavalente contra el virus del papiloma humano?
1. La incidencia del cáncer de cuello uterino aumenta año tras año, convirtiéndose en la enfermedad más peligrosa que amenaza la salud de la mujer.
La incidencia del cáncer de cuello uterino es cada vez mayor, el cual está muy relacionado con la vida sexual de las mujeres y los objetos sexuales. Las personas que tienen múltiples parejas sexuales tienen más probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino. Por lo tanto, las mujeres deben prevenir los trastornos de la vida sexual, casarse y tener hijos temprano, mantener una vida regular, desarrollar buenos hábitos de vida y someterse a exámenes ginecológicos periódicos.
En segundo lugar, la vacuna contra el VPH puede prevenir el virus del papiloma humano y prevenir más del 90% del cáncer de cuello uterino.
La vacuna contra el VPH previene principalmente más del 90% del cáncer de cuello uterino, protege en gran medida la salud de la mujer y es también el medio de prevención más directo y eficaz. Por lo tanto, las mujeres elegibles pueden vacunarse con confianza. Por supuesto, la vacunación con la vacuna nonavalente contra el VPH no es del todo correcta. Las mujeres aún deben ser conscientes de la protección, desarrollar hábitos de vida saludables y realizar una buena higiene personal para reducir la aparición de enfermedades ginecológicas y la posibilidad de cáncer de cuello uterino.
En tercer lugar, reducir la aparición de enfermedades ginecológicas y mejorar la calidad de vida de las mujeres.
Las mujeres que reciben la vacuna contra el VPH también pueden aprender sobre la enfermedad, las causas, los grupos vulnerables y las medidas preventivas, de modo que las mujeres puedan tener una comprensión más profunda del cáncer de cuello uterino, al tiempo que mejoran su propia conciencia de protección, y también incitar a las mujeres a proteger su propia salud, regular gradualmente sus hábitos de vida y desarrollar buenos hábitos de vida puede reducir la aparición de enfermedades ginecológicas, mejorar la calidad de la vida sexual de las mujeres y reducir la incidencia de cáncer.