¿Es bueno o malo que los jóvenes donen sangre cada año?
Beneficios:
En primer lugar, la donación de sangre adecuada puede reducir la viscosidad de la sangre.
Cuando la viscosidad de la sangre es alta, la donación de sangre adecuada, especialmente los componentes formados en la sangre, puede reducir eficazmente la viscosidad de la sangre y prevenir muchas enfermedades.
En segundo lugar, los hombres pueden prevenir el cáncer donando sangre con regularidad.
Científicos británicos han descubierto que los hombres que donan sangre pueden prevenir el cáncer porque la sangre contiene una gran cantidad de hierro, y los niveles altos de hierro en el cuerpo humano pueden promover el cáncer. La donación de sangre regular puede reducir eficazmente el contenido de hemosiderina en la sangre, por lo que los hombres sanos pueden obtener el efecto de la separación del cáncer donando sangre con regularidad.
En tercer lugar, las personas de mediana edad pueden vivir más si donan sangre.
Cuando las personas llegan a la mediana edad, la mayoría tiene carreras exitosas, buenas condiciones económicas y comida deliciosa y nutritiva. Si no tienen cuidado, se producirá sobrenutrición, acumulación de grasa y obesidad, especialmente entre las personas de mediana edad que realizan trabajos no manuales. Si no se presta atención a los ajustes en este momento, el hierro en sangre, los lípidos en sangre y otros indicadores excederán el estándar, la viscosidad de la sangre aumentará y se producirá aterosclerosis, lo que inducirá enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares como hipertensión, enfermedad coronaria, enfermedad cerebral. trombosis y cáncer.
La donación de sangre puede reducir todos los componentes de la sangre, especialmente el hierro y las proteínas de la sangre. También puede reducir la viscosidad de la sangre y acelerar el flujo sanguíneo. Las personas sanas de mediana edad pueden, bajo la guía de los médicos, estimular la médula ósea y otros órganos hematopoyéticos para mantener un estado hematopoyético vigoroso, aumentar continuamente la proporción de glóbulos rojos jóvenes en la sangre, mejorar la inmunidad del cuerpo y la resistencia a las enfermedades, prevenir enfermedades, y prolongar la vida.
A aquellas personas no se les permite donar sangre;
Pacientes con enfermedades de transmisión sexual, lepra y SIDA y aquellos infectados con VIH.
Los pacientes con hepatitis son positivos para el antígeno de superficie de la hepatitis B y positivos para los anticuerpos de la hepatitis C.
Pacientes con enfermedades alérgicas y ataques alérgicos repetidos, como urticaria recurrente, asma bronquial y alergias a medicamentos (urticaria simple en ataques agudos no pueden donar sangre).
Pacientes con diversas enfermedades tuberculosas, como tuberculosis pulmonar, tuberculosis renal, tuberculosis ganglionar, tuberculosis ósea, etc.
Pacientes con enfermedades cardiovasculares, como diversas enfermedades cardíacas, hipertensión, hipotensión, miocarditis, tromboflebitis, etc.
Pacientes con enfermedades respiratorias, como bronquitis crónica, enfisema, bronquiectasias e insuficiencia pulmonar.
Pacientes con enfermedades del sistema digestivo y del sistema urinario, como úlceras gástricas y duodenales severas, gastroenteritis crónica, infecciones agudas y crónicas del tracto urinario, síndrome nefrótico, pancreatitis crónica, etc.
Pacientes con enfermedades de la sangre, como anemia, leucemia, policitemia vera y diversas enfermedades hemorrágicas y de la coagulación.
Pacientes con enfermedades endocrinas o trastornos metabólicos, como enfermedades pituitarias y suprarrenales, hipertiroidismo, acromegalia, diabetes insípida, diabetes, etc.
Enfermedades neurológicas orgánicas o mentales, encefalitis, secuelas de traumatismo craneoencefálico, epilepsia, esquizofrenia, histeria, neurastenia grave, etc.
Pacientes con enfermedades parasitarias y enfermedades endémicas como leishmaniasis, esquistosomiasis, filariasis, anquilostomas, cisticercosis, paragonimiasis, enfermedad de Keshan, enfermedad de Kashin-Beck, etc.
Pacientes con diversos tumores malignos y tumores benignos que afectan a su salud.
Quienes han sido sometidos a una cirugía para extirpar órganos internos importantes como el estómago, los riñones, el bazo, etc.
Pacientes con enfermedades crónicas de la piel, especialmente enfermedades cutáneas sistémicas infecciosas, alérgicas e inflamatorias, como tiña, eczema generalizado y psoriasis sistémica.
Pacientes con enfermedades oftálmicas como queratitis, iritis, neuritis, alta miopía y otras alteraciones del fondo de ojo.
Enfermedades autoinmunes y del colágeno como lupus eritematoso sistémico, dermatomiositis y esclerodermia.
Personas con antecedentes de abuso de drogas, homosexuales y múltiples parejas sexuales.
Pacientes con otras enfermedades que el médico considere no pueden donar sangre durante el examen físico.