Tratamiento del infarto de miocardio
(1) Limite la ingesta calórica para reducir la carga sobre el corazón. Especialmente en las primeras etapas de la enfermedad, se deben realizar comidas pequeñas con frecuencia, principalmente líquidos, y evitar las comidas demasiado frías o demasiado calientes. A medida que la condición mejora, se puede aumentar adecuadamente la comida semilíquida y aumentar gradualmente la energía térmica. Se permiten cantidades adecuadas de carnes magras, pescado, frutas, etc. Mantenga el tracto gastrointestinal abierto en todo momento para evitar que una fuerza excesiva durante la defecación agrave la afección.
(2) La dieta debe ser equilibrada, ligera y nutritiva para mejorar el suministro nutricional del organismo, incluidas las células del miocardio, proteger y mantener la función cardíaca y favorecer la pronta recuperación del paciente. Se deben evitar los alimentos excesivos e irritantes, así como el té y el café fuertes. Evite comer grandes cantidades de grasa, ya que puede provocar un flujo sanguíneo lento y agregación plaquetaria debido al aumento de los lípidos en sangre y la viscosidad de la sangre después de las comidas.
(3) Preste atención al equilibrio de sodio y potasio y aumente adecuadamente la ingesta de magnesio para prevenir o reducir las complicaciones, especialmente la aparición y desarrollo de arritmia e insuficiencia cardíaca. Generalmente se recomienda una dieta baja en sal, pero si la pérdida urinaria de sodio es excesiva durante la fase aguda, no es necesaria una restricción excesiva de sodio. La ingesta de sodio, potasio y magnesio en la dieta debe ajustarse en cualquier momento según la afección.
(4) El infarto agudo de miocardio acompañado de insuficiencia cardíaca a menudo conduce a una disfunción gastrointestinal, por lo que se debe prestar más atención a la dieta. En los primeros 1 o 2 días, sólo se administran jugo de agua caliente, sopa de arroz, agua con miel, almidón de raíz de loto y otras dietas líquidas, de 6 a 7 veces al día, de 100 a 150 ml cada vez. Si la función cardíaca del paciente mejora y se alivia el dolor, puede aumentar gradualmente su dieta, como carnes magras, claras de huevo al vapor, gachas de arroz finas, etc. A medida que la afección se recupera, la enfermedad coronaria se puede tratar con una dieta 6 semanas después de la enfermedad, pero la dieta aún debe ser blanda y fácil de digerir.