Las mujeres embarazadas deben beber al menos 500 ml de leche al día. Consuma más alimentos que induzcan la lactancia, como agua con azúcar moreno, leche, leche de soja, gachas de mijo, sopa de pollo, caldo, sopa de pescado, camarones, manitas de cerdo, gallinas, maní, soja, azucenas, carpas, carpas crucianas, sepias, etc. Otros incluyen hígado de cerdo, productos de soya, frijoles rojos, guisantes, esponja vegetal, maní y semillas de sésamo. La luffa se puede utilizar para revolver huevos o hacer sopa de huevo y esponja vegetal. Las mujeres embarazadas deben evitar comer alimentos picantes y calientes, que pueden ayudar con el calor interno y provocar calor interno, llagas en la boca y lengua, estreñimiento, etc. No comer puerros, ajos, pimientos, guindillas, hinojo, etc. No coma alimentos crudos o duros para evitar dañar el bazo y el estómago. Las cosas frías pueden causar fácilmente congestión y retención, y pueden causar dolor posparto y loquios posparto. No se deben comer peras, caquis, sandías, berenjenas, pepinos y otros alimentos fríos. Las mujeres embarazadas con congestión posparto no deben comer alimentos ácidos y astringentes para evitar bloquear la circulación sanguínea y prevenir la descarga de loquios. Como ciruelas negras, semillas de loto, frutos de gorgona, caquis y calabazas. Beber agua con azúcar moreno después del parto puede reponer la sangre, pero es mejor beberla durante 7 a 10 días. Beber agua con azúcar moreno durante mucho tiempo aumentará la cantidad de sangre de los loquios y provocará una pérdida continua de sangre en la madre. ¿Qué deben comer las mujeres embarazadas? Si come más gallinas después de dar a luz, no sólo no podrá aumentar su producción de leche, sino que experimentará una recuperación de la misma. La razón es que las gallinas contienen una gran cantidad de estrógeno. Comer una gran cantidad de gallinas después del parto aumentará el contenido de estrógeno en el cuerpo de la madre, debilitando o incluso haciendo desaparecer la función de la prolactina, lo que provocará el retorno de la leche. Los andrógenos contenidos en los gallos tienen un efecto antiestrogénico, por lo que aumentarán la producción de leche. Además, los gallos contienen menos grasa, lo que puede impedir que las madres aumenten de peso.