Insisto en practicar artes marciales.
Practicar artes marciales no sólo puede fortalecer tu cuerpo, sino también protegerte. Si un ladrón entra en tu casa, puedes usar artes marciales para luchar contra él, o puedes resistir a los bandidos y ladrones por un tiempo y pedirle a las personas que te rodean que llamen al 110 para llamar a la policía. De hecho, las artes marciales pueden prevenir algunas enfermedades crónicas y son de gran ayuda para la salud mental. Muchas personas con enfermedades crónicas se han recuperado por completo después de practicar artes marciales durante mucho tiempo. Mi abuelo solía sufrir dolores de espalda y calambres en las piernas. Insistió en practicar artes marciales. Después de un tiempo, ya no le dolía la espalda y ya no le acalambraban las piernas. ¡La enfermedad de mi abuelo se curó completamente!
Empecé a practicar artes marciales cuando tenía 6 años y llevo practicando más de 3 años. Ahora puedo hacer volteretas, volteretas, giros y otros movimientos difíciles, y he ganado numerosos premios en competiciones provinciales y municipales de artes marciales. En el proceso de practicar artes marciales, no sólo desarrollé un cuerpo sano, sino que también cultivé la cualidad de la confianza en mí mismo y experimenté la alegría del éxito.
Recuerdo una vez que me estaba preparando para ir a casa del colegio. De repente aparecieron dos niños pequeños de mi edad, con narices grandes y cejas rectas, con expresiones aterradoras en sus rostros. Los vi acercándose a una niña y sin decir una palabra, comenzaron a intimidarla y la empujaron al suelo. Al ver esta escena, rápidamente di un paso adelante para detenerla y la ayudé a levantarse del suelo. Uno de los chicos mayores me preguntó: "¿Qué haces?". Después de eso, me dio un puñetazo fuerte. Rápidamente me agaché y él me pateó de nuevo. Di una voltereta y lo esquivé. Cuando descubrieron que sabía artes marciales, se asustaron un poco. Les dije: "¡No quiero lastimarlos, por favor no intimiden a los demás!" Después de eso, envié a la niña al otro lado de la calle antes de regresar a casa.
A partir de entonces, entendí mejor que las artes marciales no sólo pueden fortalecer el cuerpo, sino también defender la justicia. ¡Qué gran deporte! Artes marciales, ¡me gustas!