¿Qué debemos hacer si a los lobos y a los perros les cambian los intestinos?
2. Haga un buen trabajo rehidratándose, deteniendo el sangrado e induciendo el vómito para prevenir una infección secundaria. Se recomienda utilizar solución salina de azúcar, fármacos hemostáticos, vitamina K1, vitamina K3, metoclopramida, Weibang, Nippon, sulfamidas y otros tratamientos sintomáticos.
3. El tratamiento antibacteriano y antiinflamatorio del intestino del perro también es fundamental. Se encuentra disponible una variedad de antibióticos de amplio espectro para uso antiinflamatorio y cefalosporínicos. En la etapa inicial de la enfermedad por fosfato de clindamicina, si se combina con un tratamiento con suero altamente inmunológico y al mismo tiempo se toman medidas cardiotónicas, de rehidratación de líquidos, antibacterianas, antiinflamatorias, antichoque, de enfermería intensiva y otras, la tasa de curación puede ser mejorado mucho. Sin embargo, cabe señalar que no se debe utilizar durante mucho tiempo para evitar trastornos de la flora normal del tracto intestinal del perro y retrasar la recuperación de la función digestiva intestinal.
4. Al tratar el tracto intestinal del perro, preste atención a detener los vómitos y el sangrado. Al mismo tiempo, en pacientes con vómitos intensos, se pueden inyectar por vía intramuscular fármacos como Amor, Maoquanling y Metulin.