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¿A qué debemos prestar atención cuando los perros tienen epilepsia?

La epilepsia canina es principalmente una enfermedad funcional de la corteza cerebral, causada por un aumento de la excitabilidad neuronal, residencia repentina o descargas anormales repetidas. Se presenta con trastornos neurológicos del movimiento, la sensación, la conciencia y el comportamiento. Las manifestaciones clínicas se caracterizan por espasmos tónicos sistémicos recurrentes o intermitentes. La epilepsia se puede dividir en epilepsia primaria y epilepsia secundaria.

Causa: La epilepsia primaria también se llama epilepsia espontánea o epilepsia verdadera. Generalmente se cree que está relacionado con factores genéticos. Los factores genéticos hacen que la corteza cerebral y los centros subcorticales sean más sensibles a los estímulos externos, lo que fácilmente puede causar esta enfermedad.

Epilepsia secundaria. A menudo son secundarios a meningitis y tumores cerebrales, parásitos cerebrales, conmociones cerebrales, lesiones cerebrales y una serie de enfermedades. Como el moquillo canino, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades metabólicas (hipocalcemia, hipoglucemia, uremia, toxemia, etc.); enfermedades tóxicas, como la intoxicación por monóxido de carbono, que priva al cerebro de oxígeno. Además, la gran excitación, el miedo y la fuerte estimulación pueden provocar ataques epilépticos.

Síntomas: Los principales síntomas de la epilepsia son la pérdida del conocimiento y los espasmos tónicos. Clínicamente se divide en dos tipos: convulsiones de gran mal y convulsiones de pequeño mal.

Tipo de crisis de gran mal. El perro enfermo cayó repentinamente al suelo, se retorció, tuvo espasmos tónicos o paroxísticos. Todo el cuerpo está rígido, las extremidades estiradas, la cabeza y el cuello doblados hacia atrás o hacia un lado y, a veces, las extremidades nadan. Acompañado de contracciones musculares, pérdida del conocimiento y del conocimiento, apretar los dientes y echar espuma por la boca. Movimiento ocular, esclerótica evidente, midriasis, temblores nasolabiales e incontinencia de orina y heces. La duración del ataque varía de segundos a minutos. En las últimas etapas del ataque, las convulsiones desaparecen, la conciencia y los sentimientos se recuperan y el perro se levanta automáticamente, mostrando debilidad, ataxia y depresión.

Tipo de ataque pequeño. Alteración repentina y temporal de la conciencia, permanecer quieto, no responder o responder con lentitud, síntomas convulsivos leves y de corta duración, en su mayoría localizados, como temblor de párpados, movimientos oculares, temblor de labios, etc.

Tratamiento: Además del tratamiento farmacológico, también se deben reforzar los cuidados para mantener la calma y reducir la estimulación.