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¿Cómo pueden las madres embarazadas afrontar fácilmente el golpe de calor puerperal después del parto en verano?

El caluroso verano es un poco incómodo para la gente normal, y mucho menos para las madres embarazadas en posparto. Por tanto, el confinamiento estival tiene sus particularidades respecto a otras estaciones, y también hay algunos detalles a los que hay que prestar atención. Las costumbres tradicionales siempre exigen que las madres embarazadas se "cubran" durante el parto y no dejen que sople el viento. Sin embargo, de hecho, si la madre se cubre demasiado durante el parto, tendrá el efecto contrario y provocará un golpe de calor puerperal. Por ello, las madres embarazadas deberían prestar más atención al confinamiento en verano para favorecer la recuperación física.

Debido a que las madres embarazadas sudan mucho después de dar a luz en verano, su ropa siempre está mojada e incómoda, lo que no solo las hace propensas a resfriarse, sino que también provoca bacterias y enfermedades de la piel. Por eso, en verano, lo mejor para las madres embarazadas en posparto es utilizar materiales como el algodón, que absorben fácilmente el sudor. Después de que una madre embarazada suda, no debe molestarse en cambiarse de ropa a tiempo y lavarla lo antes posible para evitar la reproducción de bacterias.

Hay un dicho tradicional sobre el parto posparto: las madres embarazadas no pueden soplar. Por lo tanto, las puertas y ventanas de las habitaciones de muchas madres embarazadas suelen estar cerradas y el aire interior no puede circular. Las posibilidades de que las madres embarazadas enfermen aumentan considerablemente, especialmente en verano, cuando las bacterias se multiplican rápidamente. Por lo tanto, durante el período de confinamiento posparto en verano, la habitación debe ventilarse con frecuencia. También puede abrir la ventana cuando la madre embarazada sale de la habitación para reducir la cantidad de viento que sopla.

Las costumbres tradicionales hacen que muchas madres embarazadas insistan en no encender el aire acondicionado en días muy calurosos y se cubran con edredones, lo que a la larga les provoca un golpe de calor e incluso pone en peligro la vida de las madres embarazadas. Por tanto, las madres embarazadas deben prestar atención a la temperatura interior durante el confinamiento en verano. Lo mejor es controlar la temperatura interior en torno a los 27 grados para que las madres embarazadas se sientan más cómodas. La diferencia de temperatura interior y exterior debe controlarse por debajo de 6 grados. Se puede utilizar el aire acondicionado de forma adecuada, pero se debe evitar soplar directamente sobre la madre embarazada y el bebé.

Las mujeres embarazadas que han tenido un parto natural pueden tener una incisión lateral en el perineo, mientras que las mujeres que han tenido una cesárea pueden tener una incisión quirúrgica en el abdomen. Todas estas heridas requirieron su cuidado cuidadoso, especialmente la incisión perineal transversal. Si no presta atención a la higiene en verano, puede provocar fácilmente una infección. Por lo tanto, se recomienda que se frote el perineo al menos dos veces al día y que lo limpie a tiempo después de ir al baño, para que pueda prestar atención a la higiene del perineo.