Traducción al chino clásico de un monje errante vendedor de medicinas
Había un monje errante en el condado de Hejian que vendía medicinas en el mercado. Primero coloque un Buda de bronce sobre la mesa y pastillas en el siguiente plato. El Buda de bronce extendió la mano como para recoger algo. Las personas que compran medicinas primero deben rezarle al Buda de Bronce, y luego el monje sostendrá la bandeja de medicinas y se acercará al Buda de Bronce. Si se trata de una enfermedad curable, las pastillas de la bandeja saltarán a las manos del Buda de bronce.
Si la enfermedad no se cura y las pastillas del plato no revientan, toda la ciudad pensará que es verdad.
Más tarde, en el templo donde se hospedaba el monje, alguien lo vio cerrando la puerta y moliendo a escondidas limaduras de hierro. Sólo entonces se dio cuenta de que la mitad de las pastillas en el plato del monje debían estar mezcladas con limaduras de hierro y la otra mitad no. La bergamota debía estar hecha de imanes, pero para engañarla estaba envuelta en oro. Después de probar este asunto, de hecho era cierto y las tácticas de engaño del monje quedaron completamente expuestas.
Habilidades de traducción al chino clásico:
Lea el texto completo para comprender el significado; conserve las palabras y traduzca.
Sea preciso en cada palabra; reemplace las palabras de una sola sílaba por palabras de dos sílabas.
El texto oficial del "Año Conmemorativo Nacional" aún no se ha traducido; si hay alguna omisión, agregue palabras.
Ajustar el orden de las palabras y eliminar tonterías; utilizar alusiones retóricas y traducciones libres.
Infiere el significado de las palabras y conéctalas antes y después; las palabras y oraciones están conectadas entre sí.
Recupera el texto original y compruébalo atentamente; está perfecto y la traducción está completa.
La traducción de frases clásicas chinas debe basarse en "fidelidad, elegancia y elegancia". Para los estudiantes de secundaria, el requisito principal es ser precisos y fluidos en el examen de ingreso a la universidad, y no es necesario perseguir deliberadamente la vívida belleza de la traducción.