Este hombre fue engañado por las drogas que desarrolló.
1. La vida legendaria de Zhang Jilong, un hombre del noreste de China.
En 197, Zhang Jike nació en Zhang Jilong, condado de Changtu, provincia de Liaoning, y todo salió según lo planeado. Trabajar en el departamento nacional de cereales era un trabajo garantizado en aquella época. Él y su esposa vivieron una vida normal y feliz. A finales de los años 1990, influenciada por la estructura económica y otros factores, la reforma de las empresas estatales desató una ola de despidos. Independientemente de si fue voluntario o no, 20 millones de trabajadores en el Noreste perdieron su cuenco de arroz de hierro y empezaron a valerse por sí mismos. Zhang Jike y su esposa son uno de ellos. Después de ser despedido, Zhang Jilong se volvió optimista y comenzó su propio negocio. Abrió una empresa y trabajó como contratista, pero no ganó dinero porque ella era demasiado amable. Cuando se produjo el terremoto de Wenchuan en 2008, Zhang Jilong abandonó los más de 5 millones de proyectos en la fábrica y fue a la zona del desastre como el primer grupo de voluntarios. En vísperas del Festival de Primavera de 2012, Zhang Jilong y su esposa fueron atropellados por un tren mientras conducían y él resultó gravemente herido. Luego comenzó a dedicarse a la investigación científica y obtuvo varias patentes.
En segundo lugar, vale la pena aprender de Zhang Jilong.
Es optimista y positivo. No se desanimó cuando lo despidieron y su negocio fracasó. En cambio, lo afrontó con positividad y optimismo y planificó su siguiente paso. Tiene una discapacidad física pero tiene una voluntad fuerte. Perdió a su amada esposa y quedó parapléjico seis meses después. Si fuera otra persona, perdería la confianza en la vida. Pero él es Zhang Jilong y es un milagro. Enfrentando los golpes fatales del destino una y otra vez, siempre puede sonreír y hacer que la gente ame la vida. Todavía está dispuesto a hacer todo lo posible para luchar y trabajar duro. Ésta es la actitud positiva y dedicada de un emprendedor. Pienso en las palabras de Hemingway: las personas pueden ser destruidas, pero no derrotadas. Shakespeare, por favor sepa que incluso si nos cortaran la cabeza mañana, nuestros cuellos seguirían siendo fuertes. Admiramos a un personaje tan fuerte y esperamos que logre mayores éxitos y que el destino no vuelva a burlarse de ella.