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El dulzor de las bebidas carbonatadas no aumenta el peso, ¡pero los tumores colorrectales siguen creciendo!

Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell encontró que una lata diaria de jarabe de Coca-Cola puede promover significativamente el crecimiento de tumores colorrectales. Lo que es aún más aterrador es que la forma en que estos azúcares causan cáncer no es engordando el cuerpo y aumentando el riesgo de cáncer, sino permitiendo que el azúcar sea absorbido directamente por los tumores de los intestinos y promoviendo el crecimiento del tumor. La investigación relevante fue publicada en la revista internacional Science.

El impacto negativo del exceso de azúcar en el cáncer colorrectal está demostrado desde hace mucho tiempo, pero la mayoría de nosotros creemos que este efecto es causado por la obesidad. Mientras mantengas tu peso bajo control, no debería haber un gran problema con el aumento del riesgo. Pero este estudio señala que tan solo una botella de Coca-Cola al día puede promover el crecimiento de tumores incluso sin aumentar de peso.

El jarabe rico en fructosa aumenta significativamente el tamaño de los tumores colorrectales. El jarabe de maíz alto en fructosa (JMAF) es un jarabe elaborado a partir de maíz con una proporción de glucosa a fructosa cercana a 1:1. No sólo se utiliza en dulces, sino más comúnmente en bebidas carbonatadas. El JMAF tiene un sabor más dulce y retiene la humedad. Después de beber este jarabe, la persona se siente casi llena, por lo que inconscientemente bebe más, lo que puede aumentar el riesgo de obesidad. En la actualidad, el JMAF tiene cierta correlación con la diabetes y también es una de las principales causas de aumentar el riesgo de hígado graso, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Los investigadores permitieron que ratones con cáncer colorrectal consumieran 400 microlitros de 25 JMAF al día, lo que equivale a la cantidad que las personas beben 350 ml de cola al día. Después de 8 semanas, los ratones que bebieron el jarabe no mostraron síntomas de obesidad y el número total de tumores en los intestinos no aumentó, pero el número de tumores grandes fue significativamente mayor que el del grupo de control.

Se espera que la inhibición del metabolismo de proteínas específicas inhiba el crecimiento tumoral. Los investigadores descubrieron que hay una proteína especial SGLT en las células cancerosas intestinales de ratones, que puede capturar la fructosa del JMAF y producir grandes cantidades de fructosa-1-fosfato (extensión de fructosa), que originalmente solo se encuentra en la mucosa del intestino delgado. En pequeñas cantidades, ayuda a los tumores a utilizar la glucosa como energía, promoviendo así el crecimiento de células cancerosas intestinales.

Dado que el JMAF puede promover el crecimiento tumoral, ¿la inhibición del metabolismo del JMAF puede inhibir el cáncer? Los investigadores introdujeron mutaciones genéticas de la fructoquinasa (KHK) y la ácido graso sintasa (FASN) en células de ratón para inhibir el metabolismo de la fructosa y la síntesis de ácidos grasos, respectivamente.

Los resultados mostraron que ambas mutaciones podrían revertir los efectos promotores del cáncer del JMAF, sin cambios significativos en los tumores incluso después de que los ratones ingirieran el JMAF.

“Nuestro descubrimiento abre nuevas posibilidades de tratamiento”, afirmó Jihye Yun, autora de la comunicación del estudio. A diferencia de la glucosa, la fructosa no es necesaria para la supervivencia y el crecimiento celular normales, lo que sugiere que vale la pena explorar tratamientos dirigidos al metabolismo de la fructosa. Además, evitar las bebidas azucaradas tanto como sea posible, en lugar de depender de medicamentos para controlar el azúcar en sangre, reducirá significativamente la cantidad de azúcar en el intestino grueso. ”