¿Qué hacer si tartamudeas?

Para corregir la tartamudez, se debe entrenar a los pacientes para que canten, lean periódicos y hablen solos con regularidad, lo que puede mejorar continuamente la capacidad de coordinación de la corteza cerebral o los órganos vocales. Además, las personas que tartamudean tienen un patrón en el que a menudo tienen problemas para pronunciar ciertas palabras. A la hora de corregir deberán anotar las palabras mal pronunciadas y practicarlas específicamente.

Las personas que tartamudean deben cambiar sus hábitos originales de habla, prestar atención al ritmo del lenguaje, intentar hablar lo más fácil y lentamente posible, especialmente en lugares concurridos, y utilizar gestos o expresiones cuando sea necesario. Si tiene mucho que decir, puede pensarlo con anticipación, decirlo palabra por palabra y hacer una pausa por un momento si no puede decirlo. No te emociones y no te preocupes. Si hace esto durante mucho tiempo, mejorará la capacidad del cerebro para coordinar los órganos vocales, se establecerán nuevos reflejos condicionados y se corregirá el hábito de tartamudear.

Los niños que tartamudean pueden deberse a que su pensamiento y expresión del lenguaje no están sincronizados. Los padres pueden brindar orientación amable y pedirles a sus hijos que hablen más despacio, que disminuyan la velocidad y que piensen antes de hablar.

Los niños que tartamudean también pueden ser tartamudos por otras personas a su alrededor, y el niño aprende a imitar. Los padres están lo más aislados posible.

Los padres deben hacer que sus hijos se den cuenta de que la tartamudez no es divertida. Por el contrario, hablar un idioma con fluidez puede generar muchas cosas interesantes. Como trabalenguas, juegos de respuestas, etc. , entretenido y educativo, es más probable que los niños lo acepten.

Los padres también pueden enseñar a sus hijos a hablar en diferentes dialectos, de modo que mientras aprenden dialectos, ellos también puedan sentir el encanto del idioma e interesarse por él.

Los padres no deben reprender ni ridiculizar a sus hijos, sino que deben ser persuasivos, animar a sus hijos a hablar más, guiarlos para que hablen despacio, animarlos más, proteger la autoestima de sus hijos y construir su identidad. -confianza.