Introducción al Hombre Caballo Blanco en la Danza Tibetana del Caballo Blanco
La montaña detrás de cada aldea tibetana Baima es una montaña sagrada, y los árboles que crecen en ella son árboles sagrados. El estatus de estos árboles es supremo e inviolable. Si alguien se atreve a talar los árboles aquí, no sólo será despreciado por todo el pueblo. Las formas realistas de animales talladas en puertas y ventanas no son una simple decoración, sino una creencia con profundas connotaciones. Se dice que tiene mucho que ver con el culto a los animales del pueblo tibetano baima. Por ejemplo, hay una tribu de osos negros, una tribu de monos, una tribu de serpientes y la más grande es la tribu de las ovejas. Dentro de la tribu, también hay tribus pequeñas y familias pequeñas. El nombre de un animal es el nombre de una tribu. Este es un fenómeno cultural único de los tibetanos baima. Cada festival, después de que cada tribu se pone su propia máscara simbólica, comienza un espectáculo de cantos y danzas para exorcizar a los espíritus malignos y orar por bendiciones. Los lugareños llaman a este baile "Danza de las Doce Fases". De hecho, no es sólo una réplica de las condiciones reales de vida de los animales en el bosque, sino también un reflejo de la convivencia armoniosa entre humanos y animales. En este ambiente, los niños vivieron una infancia maravillosa sin saberlo. Cuando crecieron, lo entendieron y se convirtieron en nuevos integrantes de los bailarines.