¿Qué es la leucemia?
Radiaciones ionizantes
Las radiaciones ionizantes pueden inducir leucemia. Nagasaki e Hiroshima, Japón, sufrieron el grave trauma de los bombardeos atómicos. La radiación producida por la explosión nuclear provocó una altísima incidencia de leucemia en los supervivientes. La leucemia comenzó a extenderse entre la población 2 o 3 años después de la explosión, y la incidencia de leucemia alcanzó su punto más alto 5 años después. La leucemia mielógena crónica es la enfermedad más común. Cuanto más joven es el superviviente, más temprana es la aparición de la enfermedad. Se midieron los rayos de neutrones y los rayos gamma en los centros de explosión de Hiroshima y Nagasaki, respectivamente. Según las estadísticas de incidencia, los rayos de neutrones tienen un efecto leucemogénico más fuerte.
2. Factores químicos
Principalmente el benceno y sus derivados pueden provocar leucemia aguda. Algunos fármacos químicos como el cloranfenicol o los fármacos antitumorales, así como el arsénico inorgánico, la cloroquina, los pesticidas, las nitrosaminas, etc., pueden inducir leucemia.
3. Factores biológicos
Actualmente existe mucha evidencia de que los virus son una de las causas de la leucemia humana.
Investigaciones recientes muestran que los virus de la leucemia pueden causar leucemia en ratones. El virus puede existir en personas normales sin verse afectado, pero es potencialmente peligroso. Una vez que el entorno cambie, se enfermará. Las partículas virales se pueden encontrar observando los tejidos de pacientes con leucemia bajo un microscopio electrónico, y la inoculación en animales puede causar leucemia en animales.
La clasificación de la leucemia suele basarse en dos criterios:
1. Según el curso clínico natural, se puede dividir en leucemia aguda y leucemia crónica. La leucemia aguda significa que la proliferación de células leucémicas consiste principalmente en glóbulos blancos primitivos; la leucemia crónica significa que la proliferación de células leucémicas consiste principalmente en glóbulos blancos maduros.
2. Según el tipo de células leucémicas, se puede dividir a grandes rasgos en leucemia linfocítica y leucemia no linfocítica. Esta última incluye la leucemia granulocítica, la leucemia monocítica y la eritroleucemia. En Europa y Estados Unidos, la leucemia linfocítica crónica es más común entre las leucemias crónicas. En China, la leucemia aguda es predominante, mientras que la leucemia linfocítica crónica es rara. La proporción de agudo a crónico es de 3,8:1. La leucemia linfoblástica aguda es más común en niños menores de 10 años; la leucemia mieloide aguda representa una gran proporción en todos los grupos de edad. Especialmente aquellos que tienen menos de 20 años o entre 20 y 40 años son los primeros. La leucemia monocítica aguda fue ligeramente más común en menores de 10 años y mayores de 40 años. La leucemia mielógena crónica afecta principalmente a adultos mayores de 20 años. La leucemia linfocítica crónica se observa principalmente en personas mayores de 40 años.
El tratamiento de la leucemia consiste en el uso de fármacos antileucémicos para controlar y matar las células leucémicas, aliviando así los síntomas provocados por la infiltración y propagación de la leucemia. El médico tratante debe decidir el método de aplicación, la dosis y el momento de los medicamentos contra la leucemia en función de la afección. Estos medicamentos son algo tóxicos y pueden inhibir la producción de células sanguíneas normales en la médula ósea. Por lo tanto, durante el proceso de tratamiento, se deben realizar frotis de médula ósea con regularidad y se debe prestar mucha atención al cuadro sanguíneo. Varias células leucémicas tienen diferente sensibilidad a los medicamentos. Antes del tratamiento, es necesario determinar el tipo de leucemia y luego usar los medicamentos según los síntomas.
A principios de los años 80, se utilizaban clínicamente fármacos no letales, utilizando ácido retinoico para inducir la transformación de las células leucémicas en glóbulos blancos maduros normales. Este es un cambio importante en la historia del tratamiento de la leucemia.
Una vez diagnosticada la leucemia aguda, se debe tratar con prontitud, de lo contrario se deteriorará rápidamente. Las causas de muerte son la hemorragia (especialmente la intracraneal), las infecciones recurrentes y la insuficiencia sistémica. El tratamiento de la leucemia crónica es, en principio, diferente del tratamiento de la leucemia aguda. Los pacientes con leucemia crónica cuyo curso de la enfermedad es lento y asintomático y cuyo recuento de glóbulos blancos es de 20.000 a 30.000 generalmente no requieren tratamiento especial. Se debe alentar a los pacientes a trabajar y vivir como personas normales. Si el recuento de glóbulos blancos es de entre 50.000 y 60.000, sólo se administrará una pequeña dosis de fármacos químicos.