¿Hay alguna manera de hacer que tu rostro quede suave y brillante?
A la hora de elegir la temperatura del agua, esta no debe ser ni muy caliente ni muy fría, solo lo más tibia posible sin irritar la piel. Normalmente utilizamos un limpiador facial para limpiar la piel y lograr el efecto de limpieza del rostro. Podemos dejar adecuadamente el limpiador facial sobre la piel durante aproximadamente un minuto antes de lavarnos, lo que puede eliminar mejor la grasa y el polvo de la piel.
El agua en el cuerpo humano representa aproximadamente el 70% del cuerpo. Si la piel necesita humedad, no olvides reponerla después de limpiarla. La piel se vuelve muy seca cuando está deshidratada. La deshidratación prolongada también puede causar fácilmente arrugas, piel agrietada o manchas en el rostro envejecido. Por lo general, puedes aplicar una mascarilla humectante para reponer la humedad, una vez por la mañana y otra por la noche. Luego, cuando la piel absorba suficiente humedad, lucirá más radiante. Al mismo tiempo, puedes optar por alimentos ricos en vitaminas, como tomates, patatas, mariscos, etc.
Y existe una gran cantidad de melanina en la queratina vieja de nuestra piel, haciendo que la piel luzca apagada. También necesitamos exfoliarnos con regularidad. Limpiar la piel con regularidad puede hacer que la piel esté más blanca. Las células de la piel pueden regenerarse mejor, promover mejor la circulación sanguínea en la piel, acelerar el metabolismo y hacer que la piel luzca limpia y tierna. Se recomienda utilizar una leche exfoliante suave que contenga ingredientes vegetales, frotarla suavemente con las palmas y luego lavarla para eliminar las cutículas envejecidas y la melanina del rostro, haciendo que la piel luzca delicada y tersa.