¿Qué es un teratoma?

Los teratomas se originan a partir de células embrionarias primitivas potencialmente multifuncionales y son en su mayoría benignos, pero tienen una mayor tendencia a volverse malignos con la edad. El sitio de aparición está relacionado con el eje anterior de la línea media o el área paramidline de la cavidad del cuerpo embriológico, y es más común en la región sacrococcígea, mediastino, retroperitoneo y gónadas. Es común en recién nacidos y bebés, principalmente mujeres.

Una vez diagnosticado un teratoma, debemos esforzarnos en realizar una resección quirúrgica precoz para evitar la transformación maligna de los teratomas benignos por el retraso de la cirugía, y para prevenir la infección, rotura, sangrado y complicaciones del tumor. El punto clave de la cirugía de teratoma es extirpar completamente el tumor. Tanto los tumores de ovario como los de testículo se extirpan de un ovario o testículo. El teratoma sacrococcígeo enfatiza que el cóccix debe extirparse en conjunto para evitar la recurrencia del tumor causada por células pluripotentes residuales.

El principio de tratamiento del teratoma maligno es el tratamiento adyuvante integral. La quimioterapia de rutina se administra durante 1,5 a 2 años después de la resección quirúrgica, y comúnmente se usan cisplatino, vinblastina o vincristina y bleomicina. En los últimos años se ha recomendado la quimioterapia combinada con cisplatino, doxorrubicina, ifosfamida y otros fármacos quimioterapéuticos. La radioterapia se reserva para casos de teratoma maligno con residuo microscópico o macroscópico confirmado. La dosis de radioterapia es de 25Gy para residual microscópico y de 35Gy para residual macroscópico. Para los pacientes con resección quirúrgica completa, en los últimos años se ha recomendado la quimioterapia y la radioterapia debe usarse con precaución para evitar daños retardados a los órganos reproductivos y al desarrollo óseo durante la radioterapia.

Si el teratoma maligno es enorme o está ampliamente infiltrado y no se puede resecar según el criterio clínico, se puede utilizar quimioterapia o radioterapia preoperatoria para reducir el tamaño del tumor y luego posponer la cirugía radical, lo que es útil para mejorar el rendimiento quirúrgico. Tasa de resección y preservar órganos importantes. Para casos avanzados, la quimioterapia o radioterapia preoperatoria también pueden lograr los objetivos terapéuticos de aliviar la compresión del tumor, controlar las lesiones metastásicas y obtener oportunidades para una reoperación.