Tratamiento del síndrome del intestino corto

(1) Tratamiento no quirúrgico

1. Fase aguda

(1) Mantener agua, electrolitos, equilibrio ácido-base y nutrición.

(2) Seleccionar antibióticos para bacterias anaeróbicas y aeróbicas para prevenir infecciones. Cuando un paciente desarrolla fiebre persistente, se debe realizar una ecografía B o una tomografía computarizada de inmediato para detectar un absceso abdominal temprano y tratarlo de manera efectiva.

(3) Para controlar la diarrea, el ayuno y la nutrición parenteral pueden inhibir la motilidad y la secreción gastrointestinal, retrasar el vaciamiento gastrointestinal y reducir el grado de diarrea. Si la diarrea es difícil de controlar, se pueden administrar inyecciones subcutáneas de somatostatina y análogos sintéticos.

2. Periodo de adaptación

El intestino residual comienza a sufrir cambios compensatorios, y la frecuencia de las diarreas tiende a disminuir. Bajo la premisa de garantizar una ingesta nutricional adecuada, se debe utilizar gradualmente la nutrición enteral en lugar de la nutrición intravenosa para evitar que disminuya la actividad de las enzimas del borde en cepillo de la mucosa del intestino delgado. La alimentación oral debe reanudarse lo antes posible. Durante este período también se debe prestar atención a la suplementación con vitaminas liposolubles, vitamina B12, calcio, magnesio, hierro y preparados farmacéuticos minerales.

Al mismo tiempo, se debe prestar especial atención a las complicaciones provocadas por la nutrición parenteral, como sepsis, enfermedades hepáticas, sobrecrecimiento bacteriano intestinal, etc.

3. Ciclo de mantenimiento

En esta etapa, la función del intestino delgado residual se ha compensado al máximo y, por lo general, se puede tolerar la dieta oral. Restringe la grasa y no se requiere separación sólido-líquido. Sin embargo, todavía hay un 30% de pacientes que presentan malabsorción durante este período y requieren una determinación periódica de las concentraciones plasmáticas de vitaminas, minerales y oligoelementos y un tratamiento complementario. Si los tratamientos no quirúrgicos no son eficaces para tratar el síndrome del intestino corto, se debe considerar el tratamiento quirúrgico.

(2) Tratamiento quirúrgico

El objetivo del tratamiento quirúrgico es aumentar la capacidad de absorción del intestino delgado aumentando el área de absorción intestinal o ralentizando el tiempo de tránsito intestinal (retrasando el vaciado del quimo). ).

1. Métodos quirúrgicos para ralentizar el transporte intestinal

(1) Inversión intestinal: invertir una sección del intestino delgado y anastomosarlo, provocando que el segmento intestinal invertido muestre peristalsis inversa, que puede ralentizar el transporte intestinal, cambia la actividad mioeléctrica, lo que es beneficioso para la absorción de nutrientes.

(2) La cirugía de interposición de colon aprovecha la motilidad lenta del colon y tiene poco impacto en la motilidad intestinal. El colon se coloca entre el yeyuno o el íleon para extender el tiempo de tránsito intestinal.

(3) El pronóstico de la resección extensa del intestino delgado y la reconstrucción con colgajo ileocecal o esfínter es extremadamente malo. Esta cirugía está diseñada principalmente para esta afección.

2. Método quirúrgico para aumentar la superficie intestinal

Cirugía de contracción y alargamiento del intestino delgado: dividir una sección del intestino delgado en dos a lo largo del eje longitudinal, prestar atención para separar la sangre mesentérica. vasos para mantener su suministro de sangre, y suturar en dos tubos del intestino delgado, cuyo diámetro es la mitad de la longitud del tubo intestinal original. Este método quirúrgico es adecuado para pacientes con dilatación intestinal, especialmente niños, pero existen posibles complicaciones como múltiples adherencias y estenosis en la anastomosis.

3. El trasplante de intestino delgado

Es el método más ideal y eficaz para tratar el síndrome del intestino corto y es adecuado para pacientes que necesitan depender permanentemente de la NPT. Sin embargo, debido a la alta mortalidad y complicaciones como el rechazo, no puede utilizarse ampliamente en la práctica clínica.