¿Cuáles son los malentendidos sobre el tratamiento del dolor del cáncer?
Actualmente, existen tres malentendidos sobre el tratamiento del dolor oncológico entre algunos médicos y pacientes con cáncer.
Mito 1: Utilice analgésicos sólo cuando el dolor sea intenso.
Algunos médicos y pacientes con cáncer creen que a medida que el cáncer avanza, el dolor aumentará gradualmente. Si el dolor comienza, se recomiendan analgésicos fuertes. Deben usarse analgésicos, me temo que no habrá otros analgésicos disponibles en las últimas etapas de la enfermedad. De hecho, la aplicación oportuna de analgésicos es más segura, más eficaz y requiere la menor potencia y dosis de analgésicos. Los pacientes con dolor por cáncer que no han recibido un tratamiento analgésico eficaz durante mucho tiempo tienen más probabilidades de sufrir una disfunción del sistema nervioso relacionada con el dolor neuropático, con manifestaciones clínicas como hiperalgesia, alodinia y otros dolores refractarios.
Mito 2: La Petidina (Meperidina) es el analgésico más seguro y eficaz
De hecho, la intensidad analgésica de la petidina es sólo 1/10 de la de la morfina, y su administración oral disminuye la absorción. La inyección intramuscular de petidina provocará induración y nuevo dolor en el lugar de la inyección. Además, su metabolito, la norpetidina, tiene una vida media de eliminación prolongada y tiene posibles efectos neurotóxicos y nefrotóxicos. Por lo tanto, la Organización Mundial de la Salud no recomienda la inyección intramuscular de petidina en pacientes con dolor crónico.
Mito 3: El uso prolongado de analgésicos opioides conducirá inevitablemente a la adicción.
Muchos pacientes con cáncer creen que el uso de morfina les provocará el desarrollo de una drogodependencia (adicción). De hecho, actualmente se anima a los pacientes con dolor oncológico a utilizar formas farmacéuticas de liberación controlada de analgésicos potentes, que pueden evitar grandes fluctuaciones en las concentraciones sanguíneas manteniendo al mismo tiempo los efectos analgésicos. La dosis de morfina no es suficiente para producir reacciones adversas graves, lo que provoca problemas psicológicos. La probabilidad de dependencia también es baja. Cuando los pacientes con dolor por cáncer usan analgésicos opioides durante mucho tiempo, es posible que necesiten aumentar gradualmente la dosis, lo cual es una necesidad para el tratamiento analgésico clínico. Sin embargo, el medicamento se puede retirar con éxito cuando el dolor se alivia o es necesario. La "dependencia física" de las drogas debe estar en consonancia con la llamada "dependencia física" "Adicción". Sólo el uso de opioides con fines no médicos se considera abuso de drogas. Los métodos de administración clínicamente incorrectos, como la inyección intravenosa repetida de grandes dosis de opioides, pueden provocar "adicción". Por tanto, se debe poner especial énfasis en la aplicación clínica estandarizada de los analgésicos.
(Autor: Ji Yong, médico jefe del Departamento de Anestesiología, Cuarto Hospital Popular de Wuxi)