Meditación budista y zen
2. A menudo somos engañados por aquello a lo que estamos apegados; aquello a lo que nos aferramos a menudo resulta herido por aquello a lo que nos aferramos. Por eso debemos aprender a dejarlo ir, tomarlo todo a la ligera, no importarnos, no preocuparnos, el bien o el mal no es importante. No importa lo que pierdas, no pierdas el buen humor.
3. Hay preocupaciones todos los días. Si no las eliges, no quedará nada. Los altibajos de la vida, el viaje de la mente, lo que debe venir vendrá, lo que debe irse irá, acogerse y despedirse con calma, ir y venir, un paso. Hay un dicho en el budismo zen: no olvides la bondad de las personas, ignora las quejas de las personas, piensa más en los errores de las personas y no extrañes a los demás. Nada es difícil en el mundo, siempre y cuando haya gente dispuesta. Una persona que no tiene una carrera en su corazón es una persona libre.
4. Las personas demasiado sensibles están destinadas a tener una vida difícil porque se dejan afectar con demasiada facilidad por las emociones de los demás. Las personas paranoicas siempre están pensando y el resultado es que quedan atrapadas en un lío de pensamientos y no pueden moverse. A veces es mejor preocuparse menos que preocuparse más.
No pienses demasiado en algo vergonzoso. Si luchas durante mucho tiempo, te aburrirás, te sentirás doloroso, cansado, triste y desconsolado. De hecho, en última instancia, no tienes una opinión sobre las cosas, sino que tienes una opinión sobre ti mismo. No importa lo vergonzoso que sea, aprende a alejarte.
6. Ningún argumento significa compasión, ningún argumento significa sabiduría, ningún oído significa pureza, ningún pensamiento significa libertad, ninguna avaricia significa dar, romper el mal significa hacer el bien, entregarse significa arrepentirse, ser humilde significa adorar al Buda y observar la etiqueta significa observar los preceptos, el perdón significa liberación, la satisfacción significa dejar ir y beneficiar a los demás significa beneficiarse uno mismo.