¿Cómo darte un masaje en casa?

Lávate la cara con un limpiador suave. El primer paso de tu rutina de belleza es limpiar tu rostro con tu limpiador favorito. Lávese la cara con agua tibia (ni caliente ni fría, ya que las temperaturas extremas, como el calor o el frío, pueden irritar la cara) y séquela con una toalla. Asegúrese de quitarse bien el maquillaje antes de continuar con los siguientes pasos de maquillaje. También puedes probar una versión mejorada y lavarte la cara con aceite vegetal. Primero aplique aceite de coco, aceite de almendras, aceite de oliva o aceite de jojoba en la cara, moje una toalla con agua tibia, limpie con una toalla, enjuague bien y seque la cara con palmaditas.

3. Haz tu propio limpiador facial. Puedes comprarlo en el centro comercial o puedes hacerlo con materiales que tengas en casa. Los buenos exfoliantes suelen contener azúcar para "lijar" la piel muerta sin dañar las capas más profundas de la piel. Todos pueden probar la siguiente fórmula:

Una cucharada de azúcar, una cucharada de miel y una de jugo de limón, una cucharada de harina de almendras, una cucharada de miel y otra de aloe vera, y una cucharada de miel y una de leche.

4. Lava suavemente las células muertas de la piel de tu rostro. Use el exfoliante preparado para frotarlo suavemente en su cara con movimientos circulares y aplíquelo uniformemente, incluso desde la zona T de su cara hasta su nariz, luego en sus mejillas y barbilla. Tenga cuidado de no presionar demasiado, el exfoliante naturalmente hará el trabajo por usted y eliminará la piel muerta de la superficie.

5. Enjuaga el exfoliante de tu cara. Después de lavarla con agua tibia, podrá ver una piel flexible y brillante. Sécate la cara dando golpecitos suaves con una toalla como preparación para el siguiente paso.

6. Utiliza cepillado en seco u otras herramientas para exfoliar. Si no desea utilizar un exfoliante, existen otras formas de exfoliar. Puedes optar por utilizar un cepillado en seco, un limpiador exfoliante o un ácido abscísico, como el ácido glicólico. Ambos métodos están bien, pero no ambos. La exfoliación excesiva puede dañar tu piel.

Si quieres utilizar un cepillo, debes comprar un cepillo facial de cerdas suaves, no de los que cepillan el cuerpo. Mantenga su cara seca mientras se cepilla y cepille con movimientos circulares. Si usa ácido glicólico, aplíquelo en la cara durante cinco minutos antes de enjuagarlo. Aplicar una mascarilla, seguida de una crema hidratante.

7. Aplicar mascarilla facial. Después de fumigar tu rostro, mientras tu rostro aún está húmedo y tus poros abiertos, puedes aplicar una mascarilla facial para eliminar la suciedad de tu rostro. Para elegir una mascarilla facial adecuada según tu tipo de piel, puedes acudir a la tienda a comprarla.

8. El tiempo de aplicación de la mascarilla es de unos quince minutos. Durante este tiempo, los ingredientes de la mascarilla aportarán nutrientes a su piel y ésta brillará después de que se la quite. Si quieres tomar un descanso mientras te aplicas la mascarilla, puedes cortar algunas rodajas de pepino, buscar un lugar cómodo para tumbarte y ponerte las rodajas de pepino en los ojos. No solo puede evitar que la humedad de la mascarilla gotee en los ojos, sino que también hidrata los párpados.

9. Retirar la mascarilla. Después de quince minutos, enjuágate la cara con agua tibia. La miel puede estar un poco pegajosa, pero asegúrate de enjuagarla y quitarte suavemente el agua de la cara con una toalla suave.

10. Aplicar crema hidratante. El último paso es aplicar crema hidratante para que tu piel se mantenga firme por mucho tiempo después de tu tratamiento de belleza. Antes de maquillarte, aplica tu crema hidratante favorita uniformemente en tu rostro y deja que tu piel la absorba completamente.