¿Quién tiene artritis reactiva?

Tratar

Los desencadenantes, la gravedad y la tendencia a la recaída de la artritis reactiva varían de persona a persona. Por lo tanto, en el tratamiento se debe enfatizar el tratamiento individualizado y estandarizado.

1. Terapia general

Los pacientes con artritis reactiva deben descansar adecuadamente y reducir la actividad de la articulación afectada, pero no pueden inmovilizarse por completo para evitar la atrofia muscular por desuso. Las lociones y soluciones tópicas antiinflamatorias y analgésicas son eficaces para aliviar la hinchazón y el dolor de las articulaciones.

2. Antiinflamatorios no esteroides

Los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son los fármacos de elección para la artritis reactiva. Dependiendo del grado de artritis, se pueden administrar de forma selectiva diclofenaco, nabumetona, rofecoxib y celecoxib (Celebrex). También hay otros AINE disponibles, como meloxicam (Mobike), sulindac (Chinoli) e ibuprofeno (Fenbid). Sin embargo, la rutina sanguínea y las transaminasas hepáticas deben controlarse periódicamente durante la medicación para evitar reacciones adversas causadas por la medicación.

3. Glucocorticoides

En general, no se recomienda el uso de glucocorticoides (hormonas para abreviar) sistémicos para tratar la artritis reactiva. Las indicaciones para el uso de hormonas en el extranjero son relativamente vagas, pero la tendencia interna de un control más estricto puede ser más apropiada. La artritis en sí no es una indicación para el uso de hormonas. Los pacientes con artritis que no tienen ningún efecto obvio con los AINE y tienen síntomas graves pueden recibir prednisona en dosis bajas durante un período corto de tiempo y reducir la dosis lo antes posible después de que se alivien los síntomas. Agregar AINE durante la reducción gradual de la prednisona puede ayudar a controlar los síntomas.

Después de extraer el líquido sinovial mediante punción, la inyección intraarticular de betametasona (Depotoxone) o acetónido de triamcinolona es muy eficaz. Sin embargo, el intervalo de inyección no debe ser inferior a 3 meses.

Los pacientes con artritis reactiva combinada con iritis o iridociclitis deben tomar prednisona oral de inmediato y recibir gotas oftálmicas de clorhidrato de ciprofloxacina y gotas oftálmicas de cortisona. Cuando fue necesario, se realizó inyección retrobulbar o subconjuntival de betametasona. Al mismo tiempo, debe realizarse un examen ocular y recibir tratamiento especializado a tiempo.

4. Fármacos antirreumáticos de acción lenta e inmunosupresores

Estudios recientes han demostrado que los fármacos antirreumáticos de acción lenta (SAARD) tienen un buen efecto terapéutico sobre la artritis reactiva. La sulfasalazina, tomada en tres dosis divididas, tiene excelentes resultados para personas con artritis crónica o síntomas intestinales. La hidroxicloroquina y la talidomida (talidomida) no tienen experiencia madura en el tratamiento de esta enfermedad.

Para los pacientes que no tienen ningún efecto terapéutico evidente después del tratamiento con sulfasalazina y se encuentran en la fase crónica, se puede administrar metotrexato una vez a la semana. Los estudios han encontrado que el metotrexato es particularmente eficaz contra el daño de las mucosas, pero se debe evitar su uso en pacientes que desarrollan artritis reactiva después de la infección por VIH.

Existen informes de que la ciclosporina A y la azatioprina son eficaces en pacientes con artritis reactiva crónica, pero se trata de muestras pequeñas. La evaluación de su eficacia y reacciones adversas requiere más estudios. El uso de otros fármacos antirreumáticos de acción lenta en la artritis reactiva grave o crónica sigue siendo incierto.

5. Antibióticos

Para pacientes cuyas bacterias han sido aisladas o cultivadas de orina, heces y tracto reproductivo, antibióticos que son sensibles a bacterias Gram-negativas o antibióticos que son sensibles a los antibióticos. Se deben administrar tratamientos experimentales. Un reciente estudio multicéntrico, aleatorizado y controlado, doble ciego, encontró que la ciprofloxacina tiene un buen efecto terapéutico sobre la artritis reactiva causada por clamidia. La artritis reactiva causada por una infección estreptocócica hemolítica se trata con penicilina o eritromicina. Sin embargo, aún no se sabe si los pacientes con artritis reactiva deben usar antibióticos a largo plazo.

Los estudios han demostrado que una vez que se produce la artritis reactiva, los antibióticos no pueden prevenir el proceso patológico en la articulación. Por lo tanto, el objetivo de la terapia con antibióticos en pacientes con artritis reactiva es controlar la infección en lugar de tratar la artritis en sí.