¿Qué es el asma?

El asma también se llama asma bronquial. El asma bronquial es una inflamación crónica de las vías respiratorias que involucra múltiples células y componentes celulares. Esta inflamación suele ir acompañada de una mayor reactividad de las vías respiratorias, lo que provoca síntomas recurrentes como sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y/o tos, que normalmente ocurren por la noche y/o temprano en la mañana. Los síntomas suelen ir acompañados de una obstrucción generalizada y variable del flujo de aire que puede ser reversible por sí sola o con tratamiento.

Manifestaciones clínicas

El asma se caracteriza por tos paroxística, opresión en el pecho y disnea. Algunos pacientes tienen más esputo que cuando el ataque se está resolviendo. Si no hay infección, suele ser flema blanca y pegajosa, de textura dura, a veces parecida al arroz o al moco. La gravedad y la duración de los ataques varían de persona a persona, desde unos pocos minutos de opresión en el pecho hasta semanas o más de dificultad extrema para respirar. Los síntomas son reversibles, es decir, pueden aliviarse poco tiempo después del tratamiento y algunos pueden aliviarse de forma natural. Por supuesto, hay algunos que no están en remisión pero sí en un estado persistente. Las crisis epilépticas suelen ser desencadenadas por ciertos factores y muchos pacientes tienen patrones biológicos obvios. El asma ataca o empeora entre las 2 y las 6 de la mañana todos los días, generalmente a principios de primavera y verano o en invierno. Algunas mujeres (alrededor del 20%) tienen ataques de asma o empeoran antes o durante la menstruación. Preste atención a los pacientes con asma atípica. Algunos pacientes suelen tener tos paroxística como único síntoma y, a menudo, clínicamente se les diagnostica erróneamente como bronquitis. Algunos pacientes adolescentes tienen opresión en el pecho y dificultad para respirar como únicas manifestaciones clínicas durante el ejercicio.

Principios de tratamiento y estrategias de manejo clínico del asma bronquial

(1) Pacientes con síntomas atípicos tempranos (como asma variante con tos) o pacientes con enfermedades coexistentes (como bronquitis crónica) Asma ) debe diagnosticarse mediante prueba de provocación bronquial o prueba de esfuerzo, prueba de broncodilatación, monitorización del PEF o una serie de cambios en la función pulmonar antes y después del tratamiento.

(2) Preste atención a la identificación de enfermedades obstructivas traqueales, como tuberculosis endotraqueal, tumores, etc.

(3) El objetivo del tratamiento es controlar completamente los síntomas; (2) Prevenir el ataque o el deterioro; ③ La función pulmonar está cerca del valor óptimo individual; ④ La capacidad de actividad normal; ⑥ Prevenir la obstrucción irreversible de las vías respiratorias; ⑦ Prevenir la muerte súbita por asma.