Red de conocimientos sobre prescripción popular - Cuidado de la salud en otoño - ¿Los falsos monjes de Hangzhou están lanzando hechizos o engañando a la gente?

¿Los falsos monjes de Hangzhou están lanzando hechizos o engañando a la gente?

En Hangzhou, había un monje que vestía una túnica de monje, pero lo que hizo fue muy terrible. En ese momento, el monje entró en un salón de belleza con una sola empleada. El monje tuvo contacto cercano con la empleada y roció éxtasis sobre la empleada cuando ella no estaba prestando atención. En ese momento, la empleada utilizó su último conocimiento para correr hacia la puerta de la tienda y pidió a otros que llamaran a la policía por ella. Este monje no tiene ninguna magia y no hay magia en el mundo. Este monje miente.

Cuando los periodistas entrevistaron a las empleadas, todas dijeron que todavía se sentían débiles. El personal de la comisaría dijo que el asunto aún estaba bajo investigación y que lo que se decía en línea era efectivamente una exageración. De hecho, la situación correspondiente no es tan exagerada como la que se difunde en Internet, pero la mayoría de los internautas todavía esperan que se les dé una explicación para que este tipo de cosas nunca vuelva a suceder. El propio editor creía que quería hacer trampa, o que el empleado se desmayó y empezó a robar, o que robó dinero.

Pero afortunadamente, esta empleada es muy inteligente. Sintió que algo andaba mal e inmediatamente corrió hacia la puerta. Aquí hay un recordatorio para todos. No permita que extraños entren a su casa cuando esté solo en casa. Incluso en la tienda, debes prestar atención a los extraños que nos hablan y nunca elegir ignorarlos. En ese momento, la empleada cayó al suelo y siguió convulsionando. Durante la entrevista posterior, la empleada también dijo que todavía estaba un poco mareada. De esto se puede ver que el poder de la droga es muy poderoso y. no debe utilizarse contra tales criminales.

Cuando el editor se enteró de esta situación, también se enojó mucho. La policía no investigó qué drogas había consumido el monje. La mujer dijo que tenía los dedos entumecidos, que su cintura no tenía fuerza alguna y que le dolía el estómago.