¿Qué hacer con la artritis reactiva?
Las causas, la gravedad y la tendencia a la recurrencia de la artritis reactiva varían de persona a persona. Por lo tanto, en el tratamiento se debe enfatizar el tratamiento individualizado y estandarizado.
1. Generalmente, los pacientes con artritis reactiva deben descansar adecuadamente y reducir la actividad de la articulación afectada, pero no deben inmovilizarse por completo para evitar la atrofia muscular por desuso. Las lociones y soluciones tópicas antiinflamatorias y analgésicas son eficaces para aliviar la hinchazón y el dolor de las articulaciones.
2. Antiinflamatorios no esteroides Los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son los fármacos de elección para la artritis reactiva. Dependiendo del grado de artritis, opcionalmente se puede administrar diclofenaco 25 a 50 mg, 3 veces/día, nabumetona (relifen) 1,0 g, 1 vez/día, rofecoxib 25 mg, 1 vez/día o celestial Coxib (Celebrex). 65438. También hay otros AINE disponibles, como meloxicam (Mobike), sulindac (Chinoli) e ibuprofeno (Fenbid). Sin embargo, la rutina sanguínea y las transaminasas hepáticas deben controlarse periódicamente durante la medicación para evitar reacciones adversas causadas por la medicación.
3. Los glucocorticoides generalmente no recomiendan la aplicación sistémica de glucocorticoides (hormonas para abreviar) en el tratamiento de la artritis reactiva. Las indicaciones para el uso de hormonas en el extranjero son relativamente vagas, pero la tendencia interna de un control más estricto puede ser más apropiada. La artritis en sí no es una indicación para el uso de hormonas. Para los pacientes con artritis que no tienen ningún efecto evidente con los AINE y tienen síntomas graves, se puede administrar prednisona en dosis bajas de 10 a 20 mg/día durante un período corto de tiempo y la dosis se puede reducir tan pronto como se alivien los síntomas. Agregar AINE durante la reducción gradual de la prednisona puede ayudar a controlar los síntomas.
Después de extraer el líquido sinovial mediante punción, la inyección intraarticular de betametasona (Depotoxone) o acetónido de triamcinolona es muy eficaz. Sin embargo, el intervalo de inyección no debe ser inferior a 3 meses.
Aquellos con artritis reactiva combinada con iritis o iridociclitis deben tomar prednisona oral de inmediato, 30 ~ 50 mg/día, y recibir gotas oftálmicas de clorhidrato de ciprofloxacina y gotas oftálmicas de cortisona líquida. Cuando fue necesario, se realizó inyección retrobulbar o subconjuntival de betametasona. Al mismo tiempo, debe realizarse un examen ocular y recibir tratamiento especializado a tiempo.
4. Las investigaciones sobre fármacos antirreumáticos de acción lenta e inmunosupresores en los últimos años han demostrado que los fármacos antirreumáticos de acción lenta (SAARD) tienen un buen efecto terapéutico sobre la artritis reactiva. La sulfasalazina 2 ~ 3 g/d, tomada tres veces, es más eficaz en pacientes con artritis crónica o síntomas intestinales. La hidroxicloroquina y la talidomida (talidomida) no tienen experiencia madura en el tratamiento de esta enfermedad.
Para los pacientes que no tienen ningún efecto terapéutico evidente después del tratamiento con sulfasalazina y se encuentran en la fase crónica, se puede administrar metotrexato 7,5 ~ 10 mg una vez a la semana. Los estudios han encontrado que el metotrexato es particularmente eficaz contra el daño de las mucosas, pero se debe evitar su uso en pacientes que desarrollan artritis reactiva después de la infección por VIH.
Existen informes de que la ciclosporina A y la azatioprina son eficaces en pacientes con artritis reactiva crónica, pero se trata de muestras pequeñas. La evaluación de su eficacia y reacciones adversas requiere más estudios. El uso de otros fármacos antirreumáticos de acción lenta en la artritis reactiva grave o crónica sigue siendo incierto.
5. Antibióticos Para los pacientes cuyas bacterias han sido aisladas o cultivadas de la orina, las heces o el tracto reproductivo, se deben administrar o tratar antibióticos que sean sensibles a las bacterias Gram-negativas de acuerdo con las pruebas de susceptibilidad a los medicamentos. Un reciente estudio multicéntrico, aleatorizado y controlado, doble ciego, encontró que la ciprofloxacina tiene un buen efecto terapéutico sobre la artritis reactiva causada por clamidia. La artritis reactiva causada por una infección estreptocócica hemolítica se trata con penicilina o eritromicina. Sin embargo, aún no se sabe si los pacientes con artritis reactiva deben usar antibióticos a largo plazo.
Los estudios han demostrado que una vez que se produce la artritis reactiva, los antibióticos no pueden prevenir el proceso patológico en la articulación. Por lo tanto, el objetivo de la terapia con antibióticos en pacientes con artritis reactiva es controlar la infección en lugar de tratar la artritis en sí.
(2) Pronóstico
La mayoría de los pacientes con artritis reactiva tienen un buen pronóstico. El curso de la enfermedad suele durar de semanas a meses. Con un tratamiento oportuno, los pacientes generalmente pueden volver a la normalidad. Sin embargo, la enfermedad tiene tendencia a reaparecer. Las infecciones intestinales, genitourinarias y respiratorias son causas directas de recurrencia. Algunos pacientes pueden seguir experimentando diarrea intermitente o malestar abdominal durante meses o incluso más después de la remisión.
La tendinitis y tendinopatía graves pueden causar osteoporosis localizada o hiperplasia ósea. Sin embargo, esta enfermedad rara vez causa patología articular destructiva. En un seguimiento de 20 años de 100 casos de artritis reactiva post-disentería de Shigella, ningún caso desarrolló artritis reumatoide secundaria. Por otro lado, se dio seguimiento a 60 casos de artritis reactiva, pero finalmente un caso fue diagnosticado como artritis reumatoide. Actualmente existen pocos estudios sobre la relación entre la artritis reactiva y la artritis reumatoide. Además, los estudios clínicos han encontrado que la artritis reactiva individual puede evolucionar hacia una espondilitis anquilosante.