El aneurisma ventricular no es un tumor, sino un tumor causado por la inflamación de la pared ventricular. Es una de las secuelas del infarto de miocardio. Después de un infarto de miocardio, la necrosis de miocardio local se convierte en un área de cicatriz fibrosa débil no contráctil después de la curación. Esta zona tiene poca tolerancia a la presión intracardíaca y puede abultarse hacia afuera durante mucho tiempo, como una zona local débil de una pelota, manifestándose como una pulsación anormal. También puede deberse a calcificación en la cicatriz del miocardio y engrosamiento de las adherencias endocárdicas, que no se manifiesta como pulsación anormal, sino que solo muestra una contracción miocárdica débil y la pulsación del ventrículo izquierdo se debilita o desaparece. Los aneurismas ventriculares se pueden formar en 10% -30% de los pacientes después de un infarto de miocardio. Los aneurismas ventriculares ocurren principalmente en pacientes con infarto de miocardio de área y se ubican principalmente en el vértice de la pared anterior izquierda. La ecocardiografía puede confirmar el diagnóstico. Los aneurismas ventriculares grandes pueden ir acompañados de insuficiencia cardíaca refractaria, angina de pecho persistente y arritmias ventriculares incontrolables. El pronóstico es malo y se requiere tratamiento quirúrgico.
Si el aneurisma es pequeño, es posible que no haya síntomas. Si un aneurisma ventricular representa más del 20% de la superficie del ventrículo izquierdo, puede agrandar la cámara cardíaca y provocar que el movimiento del área de la cápsula similar a un tumor no esté coordinado con el miocardio circundante, lo que resulta en movimientos contradictorios y debilita el corazón. eficiencia de contracción, reduciendo la fracción de eyección y provocando una enfermedad intratable. La trombosis intramural de los aneurismas ventriculares puede causar embolia arterial periférica, como la del cerebro, los riñones, los órganos abdominales y las arterias de las extremidades. Además, se pueden formar asas reentrantes alrededor de los aneurismas ventriculares, lo que provoca taquiarritmia refractaria. En resumen, los pacientes con infarto de miocardio complicado por aneurisma ventricular tienen un mal pronóstico.