¿Por qué las madres extranjeras no padecen el síndrome posparto?
En comparación con los chinos, los occidentales no tienen la tradición del confinamiento. Las madres empiezan a trabajar y vivir normalmente después de dar a luz. Además, las articulaciones de los occidentales son más gruesas y sueltas, por lo que tienen más posibilidades de deshacerse del frío del cuerpo. A menudo beben leche y comen legumbres en sus vidas, que contienen un alto contenido de calcio en sus cuerpos. Los chinos comen principalmente proteínas vegetales, que no son ricas en nutrientes y no son buenas para la salud. Éstas son las razones por las que tienen que confinarse.
El hecho de que las madres en los países occidentales no se limiten al confinamiento no significa que no necesiten recuperarse, pero sus cuerpos se recuperan más rápido. Para las madres chinas, la tradición del encierro sigue siendo algo bueno y no debe rechazarse ciegamente. Sin embargo, el encierro debe llevarse a cabo de forma científica.