Ocho principios de calidad
La tolerancia es el regulador de la salud mental. Las personas inevitablemente sufrirán pérdidas, serán incomprendidas y agraviadas en sus relaciones. Ante estos problemas, la opción más sabia es la tolerancia. La tolerancia no sólo incluye comprensión y perdón, sino que también muestra la tolerancia y la mente de una persona. Una persona que no sabe ser tolerante y sólo exige a los demás suele encontrarse en un estado de tensión, lo que provoca excitación nerviosa, vasoconstricción y presión arterial elevada, provocando que la psicología y la fisiología entren en un círculo vicioso. Si aprendes a ser tolerante, serás estricto contigo mismo y tratarás a los demás con indulgencia, lo que equivale a instalar una válvula reguladora de tu propia psicología.
El optimismo es una personalidad y un estado mental positivos, y es una panacea para la salud mental. El optimismo puede estimular la vitalidad y el potencial de las personas, ayudarlas a resolver conflictos y superar dificultades. El pesimismo es un estado psicológico y de personalidad negativo y decadente que entristece, preocupa, duele, indefenso ante las dificultades y afecta la salud física y mental.
La indiferencia es un estado y una mentalidad elevados, y un agente inmunológico para la salud mental. Con una actitud indiferente, la gente no seguirá a la multitud en el mundo secular, no perseguirá la fama y la fortuna, no se regocijará con cosas fuera de sí mismos, no se sentirá triste por las cosas perdidas, no estará lleno de quejas sobre el mundo y los demás, será coherente con los demás, y evitar los celos. Una mentalidad indiferente mantiene a la gente en un estado de paz y todos los factores perjudiciales para la salud física y mental serán repelidos.