El chico de comida para llevar de Shandong renunció a la orden de enviar al cliente envenenado al médico. ¿Qué pasó?
En este conmovedor incidente, también podemos entender mucha verdad.
En primer lugar, tal vez tu pequeño esfuerzo pueda aportar mucha ayuda a otros. En entrevistas posteriores, el repartidor afirmó repetidamente que ayudar a los demás no era gran cosa. Pero quizás sea precisamente por la cosita que tiene en la boca que el cliente envenenado puede recibir tratamiento oportuno y estar fuera de peligro. Así que en la vida diaria, ante un pequeño esfuerzo, lo único que podemos hacer es ayudar en lo posible. Quizás un pequeño acto de bondad pueda aportar mucha ayuda a los demás.
En segundo lugar, hacer buenas obras también puede traerte recompensas. Aunque a menudo decimos que hacer buenas obras no tiene recompensa, cuando realmente las haces, puedes obtener alguna riqueza inesperada. Este repartidor recibió una recompensa por parte de la empresa luego de salvar personas, lo que también es una afirmación y recompensa por su espíritu de ayudar a los demás.
En tercer lugar, debes tener otras cosas a mano antes de hacerlas y no dejar que una cosa afecte a más cosas. Después de que el repartidor marcó 120, inmediatamente se puso en contacto con el webmaster y transfirió el pedido que tenía en la mano a otra persona. Vale la pena aprender su comportamiento. Ayudó al cliente envenenado sin retrasar los pedidos normales de otros clientes. Cuando tomamos decisiones, también debemos considerar otras consecuencias y tomar las medidas adecuadas, de lo contrario, sólo perderemos de vista una cosa y al final no ganaremos nada.
Desde el incidente en el que este chico de comida para llevar envió a un cliente envenenado al hospital, vi la energía positiva de la sociedad. Espero que haya más y más personas así en el futuro y le daré el visto bueno al repartidor.