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Síntomas de la enfermedad del hígado graso en los gatos: La enfermedad del hígado graso en los gatos es en realidad hambre.

Los primeros síntomas de la enfermedad del hígado graso en gatos incluyen: letargo, movimientos lentos, pérdida de apetito o negativa repentina a comer, pérdida de peso, deshidratación, etc. En las últimas etapas de la enfermedad, se pueden observar manchas amarillas e ictericia en las membranas mucosas, la piel, el oído interno o las encías. Los gatos gravemente enfermos pueden incluso desarrollar síntomas neurológicos. Síntomas de la enfermedad del hígado graso en gatos En las primeras etapas de la enfermedad del hígado graso, el síntoma más típico es dejar de comer, seguido de depresión, letargo, debilidad general, lentitud de movimientos, pérdida de peso, deshidratación y otros síntomas. La temperatura corporal es muy alta. En las últimas etapas de la enfermedad, se pueden observar manchas amarillas e ictericia en las membranas mucosas, la piel, el oído interno o las encías. En casos graves, también pueden aparecer síntomas de los nervios craneales. En los gatos que dejan de comer, el cuerpo descompone la grasa para proporcionar energía al cuerpo. La grasa se acumulará rápidamente en el hígado, lo que provocará que las células del hígado no puedan utilizar la grasa. La grasa se almacenará alrededor de las células del hígado, lo que provocará insuficiencia hepática. En última instancia, esto puede provocar la muerte.

Causas del hígado graso felino Los gatos son carnívoros puros y tienen una gran demanda de proteína animal. Cuando un gato sufre anorexia por diversos motivos, el aporte de proteínas y calorías no puede cubrir las necesidades del organismo para mantener las funciones fisiológicas normales, lo que provoca una desnutrición proteico-calórica. Para obtener suficiente energía para el cuerpo, la grasa del cuerpo del gato comienza a descomponerse. Pero el problema es que los ácidos grasos no pueden oxidarse en el hígado de algunos gatos, y mucho menos absorberse. Sólo pueden depositarse en el hígado, formando hígado graso. Por ello, la enfermedad del hígado graso felino también se conoce como lipidosis hepática felina.

Esta enfermedad es exclusiva de los gatos y es una de las enfermedades hepáticas más comunes en los gatos. Las investigaciones muestran que cuando el cuerpo tiene deficiencia de aminoácidos esenciales, especialmente arginina y metionina, puede inducir la enfermedad del hígado graso en los gatos. El hígado graso felino también puede ser secundario a otras enfermedades como diabetes, miocardiopatía, tumores, neuropatía, pancreatitis, peritonitis infecciosa felina y enfermedad renal crónica. Por lo tanto, el hígado graso felino se puede dividir clínicamente en hígado graso por desnutrición, hígado graso inducido por fármacos, hígado graso por obesidad e hígado graso diabético. En este caso, los gatos que ya son obesos tienen más probabilidades de desarrollar hígado graso.

¿Cómo tratar la enfermedad del hígado graso en gatos 1? Los gatos con hígado graso deben depender de un apoyo nutricional activo. Los gatos con hígado graso son los que más carecen de proteínas, taurina y vitaminas, por lo que en términos de cuidados, los gatos deben recibir más alimentos ricos en agua, vitaminas, aminoácidos y carne. Los gatos que padecen esta enfermedad tienen poco apetito e incluso pueden declararse en huelga de hambre. Ante esto, es necesario preparar alguna comida deliciosa para el gato para aumentar su interés por la comida. La comida enlatada es la comida favorita de los gatos. Puedes agregar algunas multivitaminas y proteína en polvo a la comida enlatada para mejorar el suministro nutricional de tu gato.

2. El dueño debe insistir en alimentar al gato todos los días. Cuando el apetito del gato disminuye significativamente, debe ser alimentado a la fuerza. No abandone el tratamiento fácilmente porque tiene anorexia. Sólo si el gato come más comida aumentarán las posibilidades de recuperación. Si realmente no puede alimentar al gato, puede intentar instalarle una sonda gástrica o una sonda nasogástrica. La instalación de una sonda gástrica o una sonda de alimentación nasogástrica no solo puede reducir la dificultad de cuidar al dueño, sino también acelerar la recuperación del gato. Si cree que dicho tratamiento es demasiado costoso o inconveniente, sólo puede romperle la boca al gato y obligarlo a alimentarlo. Por lo general, la comida debe triturarse completamente hasta convertirla en jugo o triturarse con un exprimidor en casa, y luego se debe succionar el jugo con una jeringa y empujarlo lentamente hacia la boca del gato.

3. Además de los complementos alimenticios, los médicos veterinarios también recetarán a los gatos algunos medicamentos protectores del hígado. La función de estos fármacos es principalmente ayudar en el tratamiento del hígado graso y consolidar los efectos del tratamiento temprano.