¿Enfermedad diabética del fondo de ojo?

La retinopatía diabética puede ocurrir tanto en pacientes con diabetes tipo I como en pacientes con diabetes tipo II. De hecho, aproximadamente el 45% de los adultos con diabetes tienen retinopatía diabética. Cuanto más tiempo tenga diabetes, más probabilidades tendrá de desarrollar retinopatía diabética. Por tanto, los pacientes diabéticos, si quieren proteger su vista, deben controlar estrictamente los niveles de azúcar en sangre y realizarse un examen ocular cada año.

Debido a que la retinopatía diabética no presenta síntomas o los síntomas no son evidentes en las primeras etapas, es posible que usted tenga retinopatía diabética sin saberlo. Cuando la enfermedad progresa hasta cierto punto, la retinopatía diabética puede presentar los siguientes síntomas:

1. Aparecen manchas flotantes en el campo visual.

2. Visión borrosa

3. Aparecen líneas oscuras o películas rojas en el campo visual.

4. Disminución de la visión nocturna

5. Campo visual incompleto o defectuoso

6. La retinopatía diabética suele afectar a ambos ojos.

La etiología de la retinopatía diabética

Debido a que los pacientes diabéticos no pueden metabolizar la glucosa normalmente, los niveles altos de azúcar en sangre harán que el cristalino del ojo se hinche y la visión sea borrosa. Lo que es más grave es que los niveles altos de azúcar en sangre a largo plazo pueden dañar los pequeños vasos sanguíneos (capilares) responsables de proporcionar nutrientes a la retina, lo que provoca retinopatía. Hay dos tipos de retinopatía diabética:

Retinopatía diabética no proliferativa (NPDR): esta es la forma más común de retinopatía diabética y su gravedad puede variar de leve a grave. Cuando ocurre esta enfermedad, las paredes de los vasos sanguíneos de la retina se debilitan, lo que provoca que aparezcan pequeños bultos en las paredes de los vasos y, a veces, se filtra líquido o sangre hacia la retina. Estas pequeñas protuberancias se llaman microaneurismas. A medida que avanza la enfermedad, los pequeños vasos sanguíneos de la retina pueden obstruirse por completo, mientras que los vasos sanguíneos venosos más grandes pueden comenzar a dilatarse y las fibras nerviosas pueden comenzar a hincharse. Si el centro de la retina (mácula) también se hincha, se denomina edema macular.