La mala memoria y la reacción lenta pueden ser síntomas de insuficiencia cerebral. ¿Qué métodos pueden enseñarle a proteger su cerebro?
Desde el nacimiento, cada uno de nuestros movimientos y comunicación verbal están estrechamente relacionados con el cerebro. El cerebro es un órgano importante de nuestro cuerpo y la estructura más grande y compleja del sistema nervioso central, que conecta nuestra conciencia, lenguaje, aprendizaje, memoria y espíritu y otras actividades neuronales de alto nivel. Pero a veces nos olvidamos de cosas. Veamos cómo proteger nuestro cerebro.
Cuando nos quedamos despiertos hasta tarde, tenemos un horario irregular o no dormimos lo suficiente, muchas veces sentimos que nuestra memoria es mala y lo olvidamos con facilidad. Por supuesto, esto es inseparable de nuestro cerebro. Esto se debe a que no le has dado un buen descanso. Durante el día, nuestros cerebros funcionan a gran velocidad, especialmente los de los trabajadores administrativos que necesitan usar su cerebro constantemente. Asegúrese de dormir lo suficiente, no sólo para mantenerse con energía, sino también para mantener su mente despejada. Al mismo tiempo, cuando se prepara para irse a la cama por la noche, el cerebro debe dejar de pensar y trabajar, y tratar de darle el mayor espacio de descanso posible para garantizar la calidad del sueño.
Algunas personas usan demasiado su cerebro y otras no lo usan lo suficiente. Todo el mundo conoce el principio de usarlo o perderlo, pero pocas personas le prestan atención. Si no lo piensas, se volverá cada vez más estúpido. Los científicos han descubierto que cuanto más se utiliza el cerebro, mayor es la reserva de neuronas, lo que mejora la capacidad cognitiva y la memoria. Es mejor equilibrar el trabajo y el descanso, pero asegúrese de no sobrecargar su cerebro.
Las investigaciones muestran que el estrés excesivo puede hacer que el hipocampo del cerebro, que es responsable de absorber nueva información, se encoja. Además, el estrés puede provocar hipertensión arterial, lo que aumenta el riesgo de deterioro cognitivo. Como resultado, las personas que están crónicamente expuestas a altos niveles de estrés tienen más probabilidades de sufrir ansiedad y psicosis.