¿Cómo diagnosticar el linfoma?

Las manifestaciones clínicas del linfoma son diversas, incluida la linfadenopatía indolora crónica y progresiva, pero también puede presentarse con afectación de otros sistemas y síntomas sistémicos.

Si se sospecha un linfoma, se necesitan secciones patológicas de los ganglios linfáticos y otros tejidos y órganos reconocidos para confirmar el diagnóstico. Entonces el diagnóstico de linfoma se basa en una biopsia patológica.

El linfoma es una enfermedad difícil de curar. Los tumores malignos que se originan en el sistema hematopoyético linfático se manifiestan principalmente como linfadenopatía indolora, hepatoesplenomegalia y se acompañan de síntomas sistémicos como fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso y picazón. También puede haber síntomas locales como agrandamiento de los ganglios linfáticos locales y fusión para formar úlceras. Además, puede producirse derrame pericárdico, miocarditis y miocardiopatía. Además, otras partes del cuerpo pueden verse afectadas. El sistema sanguíneo inmunológico puede provocar reacciones similares a las de la leucemia causadas por la leucocitosis y también puede provocar disfunción inmunológica, lesiones cutáneas graves e incluso úlceras erosivas.