¿Da miedo la depresión?
Los pacientes moderados son relativamente graves. A menudo se sienten incómodos, cansados, cansados e incapaces de hacer las pequeñas cosas de la vida. Los pacientes suelen describir su situación en términos de crisis nerviosa y depresión. En el hospital no se pueden encontrar hinchazón abdominal, diarrea, anorexia, náuseas, malestar estomacal o síntomas inexplicables de trastornos del sistema nervioso autónomo, como palpitaciones y palpitaciones. Hay un fuerte sentimiento de culpabilidad, culpa e inutilidad. En casos graves, puede ocurrir autoculpabilidad e hipocondría.
Lo más aterrador son los pacientes gravemente enfermos, que ahora son muy frágiles psicológicamente, con una depresión severa que se vuelve cínica y suicida. Hay muchas formas en que los pacientes críticamente enfermos pueden suicidarse. Para las personas que no logran suicidarse, si simplemente salvan sus vidas y no reciben tratamiento antidepresivo (incluido tratamiento psicológico), el paciente igualmente se suicidará repetidamente. Debido a que este tipo de suicidio tiene factores psicopatológicos y bioquímicos, el paciente no quiere morir voluntariamente, sino que se ve afectado por factores de la enfermedad y no tiene otra opción.
Esta enfermedad también es muy difícil de adaptar. Generalmente, las personas que padecen esta enfermedad se encuentran bajo una gran presión psicológica y se les aconseja comer de forma saludable. Evite la comida chatarra y coma más alimentos naturales y saludables que puedan aumentar la energía, como cereales, verduras, frutas, etc. Se recomienda ingerir alimentos ricos en este nutriente dos o tres veces por semana. Estos alimentos incluyen salmón, atún y otros pescados, además de nueces, semillas de lino y aceite de oliva. Actualmente, los antidepresivos son los fármacos de elección para el tratamiento de la depresión mental de moderada a grave.