¿La cobertura primaveral y las heladas otoñales son buenas para los bebés? ¿Cuáles son los beneficios específicos?
Además, que el bebé sea apto para la gelatina de otoño depende de la constitución física de cada individuo. El otoño es una buena época para ejercitar la forma física de los niños y potenciar su capacidad para resistir el frío. Un bebé sano, adecuadamente congelado en otoño, puede adaptarse rápidamente al cambio de temperatura de cálida a fría, ayudándole a afrontar el frío invierno. Sin embargo, los niños con diferentes físicos deben tomar diferentes medidas de atención médica. Debido a que la función de regulación de la temperatura corporal del bebé aún no se ha desarrollado completamente, el invierno y la primavera se alternan, y la temperatura del bebé es inicialmente cálida y luego fría. Hoy hace unos pocos grados bajo cero y mañana podrían superar los diez grados. Las temperaturas varían mucho. Si hace calor, quítale la ropa de invierno a tu bebé y ponle ropa de primavera. Una vez que ocurre un "resfriado de finales de primavera", a los niños les resulta difícil adaptarse y son propensos a resfriados y enfermedades. Como todos sabemos, la primavera también es la estación en la que diversas bacterias y virus están activos. Estos virus pueden aprovecharse fácilmente de la situación, provocando diversas enfermedades respiratorias y reduciendo la resistencia del bebé.
Cuando el clima es un poco más fresco y no usas ropa, tu cuerpo realmente puede adaptarse a la temperatura y parece "a prueba de heladas". Esto se debe principalmente al sistema de regulación de la temperatura corporal. Pero para los bebés, este enfoque no tiene ningún efecto, porque el sistema de control de temperatura del bebé no es tan sensible y no puede permitir que el cuerpo se adapte rápidamente al ambiente frío. La inmunidad del bebé es relativamente baja y el ambiente de baja temperatura favorece la supervivencia de las bacterias, lo que hace que el bebé sea más susceptible a los resfriados. La piel del bebé es fina y sensible, con vasos sanguíneos densos en la piel y una capacidad débil para resistir el frío, lo que también reducirá la resistencia del bebé a los gérmenes.