¿Cuáles son las diferencias patológicas entre tumores, tumores, tumores benignos y tumores malignos?
Cualquier tumor es perjudicial para la salud, pero el grado de daño es diferente. Los médicos clasifican los tumores en tumores benignos y tumores malignos.
Las células tumorales de los tumores benignos son morfológica y funcionalmente cercanas a las células normales del tejido correspondiente. Los tumores tienden a crecer lentamente y expandirse, comprimiendo los tejidos normales circundantes y formando una cápsula, por lo que sus límites son claros. Los tumores crecen localmente y producen síntomas como compresión y obstrucción, pero las células tumorales no se desprenden del sitio original ni se transfieren a otros sitios para formar nuevas metástasis. Por lo tanto, la mayoría de los tumores benignos se pueden extirpar por completo sin recurrencia, se pueden curar por completo y causan menos daño al cuerpo humano.
La estructura y función de las células tumorales malignas son muy diferentes a las correspondientes células normales, con formas extrañas y funciones debilitadas, potenciadas o perdidas. Los tumores crecen rápidamente, a menudo invaden los tejidos normales circundantes y tienen límites poco claros. Las células tumorales pueden desprenderse fácilmente del cuerpo del tumor y viajar a otros lugares a través de vasos linfáticos, vasos sanguíneos u otras cavidades para formar nuevos tumores metastásicos. Además de causar síntomas de compresión y obstrucción, los tumores malignos también pueden complicarse con sangrado, necrosis y fiebre. Muchos pacientes con tumores malignos, especialmente aquellos en etapas avanzadas de la enfermedad, experimentan una pérdida de peso extrema, conocida como caquexia. Debido a que los tumores malignos crecen de manera infiltrativa, son difíciles de extirpar por completo y son propensos a reaparecer después de la cirugía. Además, los tumores a menudo metastatizan en los ganglios linfáticos locales o se diseminan por todo el cuerpo, lo que dificulta su curación completa y, a menudo, provoca la muerte del paciente.
Cabe señalar que a veces no existe un límite absoluto entre los tumores benignos y los tumores malignos. Algunos tumores pueden estar entre ambos, llamados tumores limítrofes. Por ejemplo, el papiloma de vejiga tiene una morfología celular benigna, pero es fácil de recaer o incluso convertirse en tumores malignos. Los tumores benignos, como los hemangiomas, no están encapsulados, tienen límites poco claros y son propensos a recurrir después de la resección. Los tumores benignos que aparecen en algunos órganos vitales también pueden tener consecuencias graves. Por ejemplo, los tumores intracraneales benignos (meningiomas, astrocitomas) pueden comprimir el tejido cerebral y bloquear el sistema ventricular, provocando grandes daños; otro ejemplo es el mesotelioma en el corazón, que aunque mide sólo unos pocos milímetros, puede provocar latidos cardíacos irregulares, lo que lleva a que se produzcan alteraciones del ritmo cardíaco. a la muerte súbita. No todos los tumores malignos tienen un mal pronóstico. Por ejemplo, el carcinoma de células basales de la piel crece lentamente, apenas produce metástasis y puede curarse por completo después del tratamiento. Los tumores benignos y malignos no son estáticos. Algunos tumores benignos se convertirán en tumores malignos si no se tratan a tiempo. Por ejemplo, los tumores de ovario pueden transformarse en cáncer de ovario. En ocasiones, los tumores malignos pueden transformarse en tumores benignos. Por ejemplo, el neuroblastoma, un tumor maligno en los niños, puede transformarse en un ganglioneuroma benigno.