¿Cómo tratar a un perro con diabetes?

Las enfermedades pancreáticas por esta causa provocan una reducción relativa o absoluta del suministro de insulina, lo que en última instancia provoca alteraciones en el metabolismo de la glucosa y el metabolismo de las grasas, las proteínas, las vitaminas, el agua y los electrolitos. La tasa de incidencia en perras es mayor que en perros machos. Las principales manifestaciones clínicas son “tres más y uno menos”, es decir, beber más, orinar más, comer más y adelgazar.

Los primeros síntomas de los perros enfermos son poliuria, micción frecuente durante el día y micción frecuente durante la noche. Debido a la micción excesiva, la cantidad de agua consumida aumenta, pero el peso disminuye gradualmente, volviéndose más delgado, más débil, propenso a acostarse y sin poder hacer ejercicio. A medida que avanza la enfermedad, los perros enfermos pueden oler el olor a cetonas cuando exhalan. Debido a la estimulación de productos tóxicos, la resistencia del organismo disminuye y el perro enfermo sufre vómitos intratables, pérdida de apetito, dificultad para respirar, deshidratación y finalmente cae en coma. Las cataratas en forma de estrella pueden ocurrir en perros mayores de 50 años, y las infecciones del tracto urinario y la coloración amarillenta aséptica e hinchazón de la piel pueden ocurrir en perras de entre 25 y 50 años. Las pruebas de laboratorio mostraron que el nivel de azúcar en sangre en ayunas de los perros enfermos aumentó hasta 140 mg (lo normal es de 60 a 100 mg). El azúcar en la orina es positivo, la gravedad específica de la orina es tan alta como 1,06 ~ 1,068 (normal: 1,015 ~ 1,045) y los perros graves tienen cetonuria.

El tratamiento consiste principalmente en corregir los trastornos metabólicos, eliminar los síntomas, asegurar el crecimiento y desarrollo normal de los cachorros, prevenir diversas complicaciones, alargar la vida y reducir la mortalidad. Para perros con enfermedades leves a moderadas, se puede utilizar una terapia dietética. Darle comida baja en grasas, 80 de carne, 20 metros, en una proporción de 25 g/kg, tres veces al día, sin dulces, y pesarlo periódicamente. Deja que el perro beba agua libremente. El tratamiento es eficaz si se reduce la ingesta de agua. Si no es evidente, se pueden administrar fármacos hipoglucemiantes, como clorpromazina de 2 a 5 mg/kg, una vez al día, para favorecer la liberación de insulina del páncreas, Jiangtangling de 20 a 30 mg/día, o comprimidos de Jiangtang de 0,2 a 1 g. /día, por vía oral de 2 a 3 veces. Para perros graves, se puede utilizar una suspensión de insulina zinc e inyectarla por vía subcutánea tres veces según la concentración de glucosa en la orina. Para prevenir el hígado graso, añadir de 0,5 a 2,5 g de cloruro de colina al pienso todos los días, y también se pueden utilizar enzimas pancreáticas o sales biliares.